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Cicerón, Horacio y Jerónimo

En la antigüedad, la traducción se entendía en el contexto de la recepción literaria y los ideales retóricos, más que como una actividad técnica o documental. Horacio, a pesar de ser citado entre los clásicos como teórico de la traducción, no puede ser considerado un preceptista en este campo.

Cicerón, Horacio y Jerónimo

Teoría de la traducción

Jerónimo

Era consciente de que la traducción en la Antigüedad debía ser entendida en el contexto claro de la recepción literaria y de que la reflexión sobre tal actividad se enmarcaba dentro de los ideales retóricos, en absoluto extrapolable a la traducción de documentos y cartas, como era el caso.
Su conocida epístola Ad Pammacchium constituye un pequeño tratado de "traductología" en el que se inspiraron los traductores posteriores.
Por sus consideraciones teóricas sobre la traducción, su labor crítica y su propia práctica traductora ha pasado a la historia como patrón de los traductores.
Es conocido como la fuente transmisora de los textos de Cicerón y Horacio en el contexto de la traducción.

Horacio

Horacio hace una referencia al jidus interpres sólo como término de comparación, sin ninguna intención de juzgar su actividad.
Se niega cualquier fundamento a la consideración de Horacio como preceptista de la traducción.
Sus versos 133-34 del Ars Poetica, nec verbo verburn curabis reddere fidus/interpres, han sido interpretados tradicionalmente como una condena de la traducción literal.
Autor siempre citado entre los clásicos como teórico de la traducción sobre materias ya conocidas.

Cicerón

Menciona al intérprete sólo para distinguirlo del orador, que no hace traducciones, sino refundiciones o imitaciones.
Su método consiste en elegir la palabra más usada en latín que signifique lo mismo que la que trasladaría literalmente el griego.
Se trata de "sopesar" las palabras del original (adpendere) y no de "contarlas" manteniendo su número exacto (adnumerare).
Es propio del orator verter manteniendo las ideas y su forma, pero usando palabras adecuadas al uso latino.
Declaró que tradujo ut orator, estableciendo una diferencia con la traducción ut interpres.