DIEZ MANERAS DE CREAR VALOR PARA LOS ACCIONISTAS
Principio 10: Entregar a los inversionistas información relevante sobre el valor
rige las comunicaciones a los inversionistas
como la información divulgada en los reportes financieros de una empresa.
La mejor divulgación no sólo ofrece un antídoto contra la obsesión por ganancias a corto plazo sino que también sirve para aminorar la incertidumbre de los inversionistas y así, potencialmente, reducir el costo de capital y aumentar el precio de las acciones.
Una forma de hacer esto, es preparar un estado de desempeño corporativo
En las empresas bien gestionadas los ejecutivos ya usan el tipo de información contenida en el estado de desempeño corporativo. De hecho, la ausencia de dicha información debería hacer que los accionistas cuestionaran si la gerencia entiende el negocio y si el consejo está ejerciendo adecuadamente su responsabilidad de supervisar.
Este informe:
Detalla los supuestos y los riesgos para cada rubro, a la vez que presenta indicadores clave de desempeño que impulsan el valor de la empresa.
Excluye las cuentas devengadas arbitrarias e irrelevantes para el valor, tales como depreciación y amortización, y
Entrega un rango y la estimación más probable para cada cuenta devengada, más que las estimaciones tradicionales de punto único que ignoran la amplia variabilidad de posibles resultados.
Clasifica las cuentas devengadas de acuerdo a tres niveles crecientes de incertidumbre: bajo, medio y alto.
Separa los flujos de caja y las cuentas devengadas, brindando así una base histórica para estimar las perspectivas del flujo de caja y permitiendo a los analistas evaluar lo razonable de las estimaciones de cuentas devengadas.
Principio 9: Exigir que los altos ejecutivos asuman los riesgos de la propiedad al igual que los accionistas
Las empresas que buscan alinear mejor los intereses de los ejecutivos y de los accionistas necesitan encontrar un equilibrio apropiado entre los beneficios de exigir que los altos ejecutivos posean participaciones continuas y significativas en la propiedad y las restricciones resultantes sobre su liquidez y diversificación.
Sin incentivos basados en el capital, los ejecutivos pueden volverse excesivamente aversos al riesgo para impedir el fracaso y el posible despido.
si poseen demasiado capital también pueden evitar el riesgo para preservar el valor de su portafolio, en gran medida sin diversificar.
Extender el período en que los ejecutivos puedan deshacerse de las acciones desde el momento del ejercicio de la opción y hacer que las donaciones de acciones restringidas no cuenten como acciones para niveles mínimos de posesión haría mucho por equiparar los riesgos de los ejecutivos y los accionistas.
Principio 8:Recompensar a los ejecutivos medios y a los empleados en la primera línea por entregar un desempeño superior en los impulsores clave del valor en que ellos influyen directamente
desarrollar indicadores principales de valor que sean cuantificables, que informen fácilmente sobre los logros actuales en que los empleados de primera línea puedan influir directamente y que favorecen en forma significativa el valor a largo plazo de la empresa.
podrían incluir el tiempo para introducir nuevos productos al mercado, la tasa de rotación de empleados, la tasa de retención de clientes y la inauguración oportuna de nuevas tiendas o plantas de manufactura.
El proceso de identificar indicadores principales puede ser difícil, pero mejorar el desempeño de los indicadores principales es la base para lograr un SVA superior, lo que a su vez sirve para incrementar los retornos a largo plazo para los accionistas.
Principio 7: Recompensar a los ejecutivos de las unidades operativas por agregar valor superior múltiples años
A fin de crear incentivos para una unidad operativa, las empresas deben desarrollar medidas tales como valor agregado para los accionistas (SVA, por shareholder value added).
se calcula aplicando técnicas estándares de descuento a los flujos de caja operativos pronosticados, los que son impulsados por el crecimiento de las ventas y de los márgenes operacionales, y luego restando las inversiones realizadas en el período. Debido a que el SVA se basa totalmente en los flujos de caja, no introduce distorsiones contables, lo que le otorga una clara ventaja sobre los indicadores tradicionales.
Para garantizar que el indicador capte el desempeño a largo plazo, las empresas deberían extender el período de evaluación de desempeño al menos, digamos, hasta un ciclo rotativo de tres años. El programa puede entonces retener una porción de los pagos de incentivo para cubrir posibles deficiencias futuras de desempeño.
elimina la necesidad de dos planes, combinando en uno solo los planes de incentivos anuales y de largo plazo. En vez de fijar mínimos a la compensación por incentivo sobre bases presupuestarias, las empresas pueden desarrollar estándares para el progreso año a año del desempeño superior, benchmarking de colegas e incluso expectativas de desempeño derivadas del precio de las acciones.
Principio 6: Recompensar al CEO y a otros altos ejecutivos por generar retornos superiores en el largo plazo
incentivos de pago eficaces en todos los niveles a fin de maximizar el potencial de retornos superiores.
Las empresas conscientes del valor pueden superar las deficiencias de las opciones sobre acciones estándar adoptando un plan de opciones indexadas descontadas, o un plan de opciones descontadas del riesgo de capital (DERO, por discounted equity risk option).
recompensan a los ejecutivos sólo si las acciones de la empresa se desempeñan mejor que el índice de las otras empresas del mismo nivel, y no simplemente porque el mercado esté en alza.
a los ejecutivos un incentivo continuo para maximización del valor, las empresas pueden bajar los precios de ejercicio para las opciones indexadas de modo que los ejecutivos puedan beneficiarse de niveles de desempeño un poco inferiores al índice.
5 Principio: Devolver el efectivo a los accionistas cuando no existan oportunidades creíbles de creación de valor para invertir en el negocio
Las empresas conscientes del valor que cuentan con grandes excesos de efectivo y sólo limitadas oportunidades de inversión para crear valor, le devuelven el dinero a los accionistas a través de dividendos y recompra de acciones.
Esto no sólo les da a los accionistas una oportunidad de obtener mejores rendimientos en otras áreas
que reduce el riesgo de que la administración use el exceso de efectivo para hacer inversiones que destruyen valor, en particular adquisiciones con sobreprecio realizadas siguiendo un mal consejo.
Las empresas conscientes del valor recompran sólo cuando las acciones de la empresa se están transando por debajo de la mejor estimación de valor realizada por la administración y la inversión en el negocio no ofrece un mejor rendimiento.
Las empresas que siguen esta pauta favorecen los intereses de los accionistas que no ofrecen sus acciones a la venta, los cuales, si la valoración de la administración es correcta, ganan a expensas de los accionistas que sí las ofrecen.
las acciones de una empresa son caras y no se puede obtener un buen valor a largo plazo invirtiendo en el negocio, es probable que pagar dividendos sea la mejor alternativa.
4 Principio: Mantener solamente activos que maximicen el valor
Este principio se divide en dos partes
Las empresas pueden reducir el capital que utilizan y aumentar el valor por dos vías: concentrándose en actividades de alto valor agregado (tales como investigación, diseño y marketing), donde disfrutan de una ventaja comparativa, y tercerizando las actividades de bajo valor agregado (tales como manufactura), cuando éstas pueden ser realizadas confiablemente y a bajo costo por otros.
Las empresas orientadas al valor regularmente monitorean la presencia de compradores dispuestos a pagarle a la empresa una prima significativa por encima del valor estimado del flujo de caja, por sus unidades de negocios, marcas, bienes raíces y otros activos negociables.
3 Principio: Hacer adquisiciones que maximicen valor esperado, incluso a expensas de menores ganancias a corto plazo
Las empresas generalmente crean el máximo de valor a través de sus operaciones del día a día
una adquisición importante puede crear o destruir valor más rápidamente que cualquier otra actividad corporativa.
La administración debe identificar claramente dónde, cuándo y cómo puede lograr verdaderas mejoras de desempeño estimando el valor presente de los flujos de caja incrementales resultantes
restando la prima de adquisición.
2 Principio: Tomar decisiones estratégicas que maximicen el valor esperado, incluso a expensas de menores ganancias en el corto plazo
El valor esperado es el valor promedio ponderado para una gama de escenarios plausibles. Se calcula multiplicando el valor agregado para cada escenario por la probabilidad de que éste se materialice, y luego se suman los resultados.
Un sólido análisis estratégico realizado por las unidades operativas de una empresa debería entregar respuestas fundadas a tres preguntas:
Para la estrategia seleccionada, ¿cuán sensible es el valor, en el escenario más probable, a los cambios potenciales en la dinámica competitiva y a los supuestos sobre ciclos de vida de la tecnología, ambiente regulador y otras variables relevantes?
¿Qué estrategia tiene la mayor probabilidad de crear el mayor valor?
¿Cómo afectan al valor las estrategias alternativas?
la mayoría de las empresas evalúa y compara las decisiones estratégicas en términos de su impacto estimado sobre las ganancias reportadas, cuando más bien deberían evaluarlas respecto del valor adicional esperado en los flujos de caja futuros.
1 Principio: No manejar las ganancias ni entregar una guía de ganancias
¿Por qué es tan malo focalizarse en las ganancias?
La práctica de reportar pingües ganancias gracias a decisiones operativas que destruyen valor, o llevar hasta el límite la contabilidad permisible, finalmente les pasa la cuenta a las empresas.
En el intento de aumentar las ganancias a corto plazo, las organizaciones comprometen valor cuando invierten con rentabilidades esperadas inferiores al costo de capital (sobreinversión) o dejan de invertir en oportunidades que crean valor (subinversión).
Los resultados contables no se aproximan al valor de una empresa ni a su alteración de valor durante el período informado.