realizată de Sandy Merida Paucar Sullca 3 ani în urmă
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El sistema circulatorio está formado por vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón y hacia el corazón. Las arterias transportan la sangre desde el corazón al resto del cuerpo, y las venas la trasportan desde el cuerpo hasta el corazón.
El sistema circulatorio lleva oxígeno, nutrientes y hormonas a las células y elimina los productos de desecho, como el dióxido de carbono. El recorrido que sigue la sangre siempre va en la misma dirección, para que las cosas sigan funcionando como deben funcionar.
La sangre es tejido vivo formado por líquidos y sólidos. La parte líquida, llamada plasma, contiene agua, sales y proteínas. Más de la mitad del cuerpo es plasma. La parte sólida de la sangre contiene glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Las células de la sangre se producen en la médula ósea, que es la parte blanda y esponjosa del interior de los huesos. Todos los días se producen nuevas células sanguíneas para reponer las que se mueren naturalmente o a causa de una lastimadura o enfermedad.
Es la parte líquida de la sangre. Este líquido trasporta los distintos tipos de células de la sangre a todas las partes del cuerpo; además, el plasma trasporta unas proteínas llamadas “factores de coagulación” que ayudan a las plaquetas a formar coágulos.
(Llamadas también “trombocitos”) son células que ayudan a coagular la sangre. Tras una cortada o magulladura, las plaquetas se adhieren entre sí para formar un coágulo o “tapón” que ayuda a controlar el sangrado, impidiendo que el cuerpo pierda demasiada sangre. Las plaquetas viven en el cuerpo entre 7 y 10 días.
(Llamados también “leucocitos”) son células que forman parte del sistema inmunitario del cuerpo, y ayudan a combatir las infecciones y las enfermedades. Hay distintos tipos de glóbulos blancos: neutrófilos, linfocitos, monocitos, eosinófilos y basófilos. Según el tipo de célula, los glóbulos blancos viven durante varios días, meses o años.
(Llamados también “eritrocitos” o “hematíes”) son células que trasportan oxígeno por todo el cuerpo. Cada glóbulo rojo vive aproximadamente cuatro meses. Los glóbulos rojos contienen una proteína llamada hemoglobina, la cual les permite recoger el oxígeno de los pulmones. El cuerpo necesita hierro para producir hemoglobina.
El corazón es un órgano del tamaño aproximado de un puño. Está compuesto de tejido muscular y bombea sangre a todo el cuerpo. La sangre se transporta a todo el cuerpo a través de los vasos sanguíneos, unos tubos llamados arterias y venas. El proceso de transportar la sangre en todo el cuerpo se llama circulación.
El corazón consta de cuatro partes distintas llenas de sangre, y cada una de esas partes se llama cavidad. Hay dos cavidades en cada lado del corazón: una arriba y otra abajo. Las dos cavidades de arriba se llaman aurículas. Las aurículas son las cavidades que se llenan de la sangre procedente del resto del cuerpo y de los pulmones. El corazón tiene una aurícula izquierda y una aurícula derecha.
Las dos cavidades de abajo se llaman ventrículos. El corazón tiene un ventrículo izquierdo y un ventrículo derecho. Su función consiste en bombear sangre hacia el resto del cuerpo y hacia los pulmones. En el centro del corazón hay una gruesa pared vertical de músculo llamada tabique (o septo). Su función consiste en separar el lado izquierdo del corazón del lado derecho.
Las aurículas y los ventrículos trabajan en equipo: las aurículas se llenan de sangre y después la envían a los ventrículos. A continuación, los ventrículos se contraen, bombeando la sangre hacia fuera. Mientras los ventrículos se contraen, las aurículas se vuelven a llenar de sangre y se preparan para la siguiente contracción. Entonces, cuando se bombea la sangre, ¿cómo sabe adónde tiene que ir?
Bueno, la sangre confía en cuatro válvulas especiales que hay dentro del corazón. Hay una válvula que deja que la sangre entre, que luego se cierra para impedir que salga: piensa en entrar por una puerta. La puerta se cierra detrás de ti y te impide dar marcha atrás.
Dos de las válvulas del corazón son la válvula mitral y la válvula tricúspide. Permiten que la sangre pase de las aurículas a los ventrículos. Las otras dos se llaman válvula aórtica y válvula pulmonar, y son las encargadas de controlar el flujo de la sangre cuando sale del corazón. La función de todas estas válvulas consiste en hacer que la sangre siga avanzando. Se abren para dejar pasar a la sangre y luego se cierran enseguida para impedir que retroceda.
Los capilares son vasos minúsculos, con paredes extremadamente finas, que actúan como puentes entre las arterias (que transportan la sangre que sale del corazón) y las venas (que la transportan de vuelta hacia él). Por un lado, las paredes delgadas de los capilares permiten que el oxígeno y las sustancias nutritivas pasen desde la sangre hacia los tejidos y por otro lado permiten que los productos de desecho pasen desde los tejidos hacia la sangre.
Capilares Arteriales
Las arterias ramificadas más pequeñas son de calibre minúsculo y reciben el nombre específico de capilares. Los capilares son, los vasos más finos a través de cuya pared se lleva a cabo el intercambio de sustancias en los tejidos.
La pared de los capilares es delgadísima y está formada por una sola capa de células llamada endotelia, cuyo fino grosor permite que las células reciban oxígeno y expulsen el monóxido de carbono.
Capilares Venosos
Una vena es un vaso sanguíneo cuya función es retornar la sangre poco oxigenada desde los capilares sanguíneos hacia el corazón para ser oxigenada nuevamente en el pulmón.
Estos son vasos sanguíneos que llevan la sangre de vuelta al corazón. Esta sangre tiene menor contenido de oxígeno y más cantidad de dióxido de carbono. Además, es rica en sustancias se deben eliminar del cuerpo. A medida que se acercan al corazón, las venas se vuelven más gruesas.
La vena cava superior es la gran vena que transporta la sangre desde la cabeza y los brazos al corazón. La vena cava inferior lleva la sangre del abdomen y las piernas al corazón.
Las arterias (que son fuertes, flexibles y elásticas) transportan la sangre desde el corazón y soportan las mayores presiones. Debido a su elasticidad, las arterias se contraen (retroceso) pasivamente cuando el corazón se relaja entre latidos y así ayudan a mantener la presión arterial . Las arterias se ramifican en vasos cada vez más estrechos, que finalmente llegan a ser diminutos y se denominan arteriolas. Las arterias y las arteriolas poseen paredes musculares cuyo diámetro puede ajustarse con el fin de aumentar o disminuir el flujo de sangre que va hacia una zona determinada del cuerpo.