En el ámbito del derecho, la figura de la legítima defensa permite a una persona actuar para proteger un derecho propio o ajeno frente a una agresión actual e ilegítima. Según la doctrina de Claus Roxin, una característica distintiva de la legítima defensa es que admite la afectación de un bien de mayor valor que el amenazado por la agresión.