El modelo de "Flipped Classroom" o "Clase Invertida" es una metodología educativa que busca incrementar la interacción y personalización en el aula. En lugar de seguir el esquema tradicional donde el profesor es el principal orador y los estudiantes toman apuntes pasivamente, este enfoque invita a los estudiantes a prepararse fuera del aula mediante contenido audiovisual, como videos o presentaciones, que no superen los 10 minutos de duración.
Contenido audiovisual. El primer paso es alejarte del concepto de libro de texto y atreverte a crear contenido audiovisual sobre los temas a enseñar. La manera más eficaz de lograrlo es realizar un video que no supere los 10 minutos de duración o una presentación de diapositivas.
Entorno del aprendizaje. Es importante contar con alguna plataforma para compartir el material con tus alumnos, para que pueda accederse fuera del salón y horario escolar. Si se trata de un video la más recomendable es subir el video a YouTube; si en cambio es una presentación, te recomendamos Prezi o VideoScrib (ambas herramientas que puedes encontrar en Internet).
Registro de la actividad. Para comprobar que el alumno ha visualizado y entendido el video subido a la plataforma, realiza un sencillo cuestionario de control que deberá ser entregado al inicio de la clase, o puedes crear un formulario a través de Google Drive que contesten al momento de ver el video.
Revisión y dudas. Para la resolución de dudas se puede volver a visualizar de manera grupal el contenido, para poder repasar las cuestiones en las que los alumnos hayan tenido mayor dificultad o que hayan generado más dudas.
Procedimientos mediante grupos colaborativos. Una vez aclaradas las dudas, llega el momento de realizar las actividades de consolidación del contenido, para ello puedes realizar actividades a través del aprendizaje cooperativo.