La evolución y expansión de las redes de comunicación han transformado la manera en que interactuamos y operamos tanto en entornos domésticos como empresariales. La conexión de redes privadas, como las LAN y WAN, y el uso de diferentes tipos de medios, incluyendo cobre, fibra óptica e inalámbricos, han permitido un intercambio de información a velocidades impresionantes.