Resulta más fácil etiquetar rutinariamente a quienes piensan distinto, desde los propios prejuicios convencionales
Ser conscientes de nuestras propias (y ajenas) limitaciones para leer la realidad inmediata y mediata, puede ser, así, el primer paso para vencer la enajenación que todos llevamos dentro, gracias al proceso manipulador que el grupo nos impone. Manipulación de la cual habrá que liberarse: actuando
EDUCAR SIGNIFICA CONCIENTIZAR
Subvertir el orden establecido y lograr que las personas transformen su pensamiento -esponja en pensamiento- crítico requiere de paciencia, tenacidad, técnicas de concientización, así como capacidad para detectar en sí mismo los límites de la percepción: los propios prejuicios y las diversas mediatizaciones.
Como punto de partida, habría que iniciar a través de todos los "medios" y en todos los "ambientes" -económicos, organizativos, políticos y socioculturales- un extenso plan de revoluciones copernicanas que inviertan ciertas pautas culturales vigentes. Las que siguen pueden servir de ejemplo, pero pueden multiplicarse hasta donde la creatividad de cada uno lo permita:
Para ser capaces de criticar científicamente una obra, a un teórico, o a un sistema, es necesario, primero, comprender el mensaje fundamental que propone, luego hacerse preguntas sobre el mismo y, finalmente, proponer un mensaje alternativo.
La capacidad de investigación -de pensamiento crítico- está presente en todos los seres humanos. Lo que hace falta es desarrollarla.
Habrá que poner límites al crecimiento de las burocracias, de los desempleados y de los represores oficiales del sistema.
Es más duradero el aprendizaje logrado por los propios descubrimientos -para solucionar problemas de la realidad- que la repetición memorística de la respuesta correcta descubierta por algunos genios.
Resultaría mejor decir no sé que inventar respuestas falsas o medio verdaderas a problemas que, por lo menos en este momento, no tienen respuesta alguna.
Más vale aprender a hacer una buena pregunta original que mil respuestas copiadas.
Educarse no significa asimilar -absorber como esponja- una cantidad creciente de información.
Más vale aceptar sugerencias que rechazarlas por prejuicios ideológicos de cualquier clase.
Es necesario aprender a confiar más en el propio criterio y en el propio pensamiento crítico que en voces supuestamente autorizadas.
Es absurdo inculcar valores humanistas a niños y jóvenes, cuando la sociedad en conjunto es inhumana y no se participa en algún proceso de humanización.
El desarrollo se mide por la calidad de vida y ésta por la igualdad, la libertad, la solidaridad y la distribución equitativa del poder (y del ingreso).
La industrialización y modernización tecnológica no son indicadores de "desarrollo". A lo más de crecimiento económico o de "desarrollismo".
Los países pobres deberán organizarse para incrementar su poder de negociación.
Las ideas siempre van acompañadas de sentimientos y cuentan más éstos que las ideas para una educación efectiva.
Las escuelas no son el único lugar donde se generan mitos como el de la revolución, el de la igualdad. También la t v, el radio, la familia y hasta el automóvil son mitógenos.
Los datos y hechos memorizados valen muy poco si esos conocimientos no sirven para promover una sociedad igualitaria y participativa.
Es mejor aprender en grupo -solidariamente- que solo-competitivamente.
Conviene poner en su sitio a todas las escuelas tradicionales y las ideologías en que se apoyan: en algún museo de antigüedades.
Es mejor la crítica fundamentada que la aceptación pasiva de ideas y teorías.
A toda pregunta, cuestionamiento o problema existen varias respuestas o soluciones. Ninguna puede ser la solución o la respuesta.
Observación:
El proceso educativo no se realiza exclusivamente en las aulas. Se inicia en el momento de nuestra gestación y termina con nuestra muerte. La realidad vivida cotidianamente es la única institución que todos vivimos, sufrimos, analizamos -si somos capaces de hacerlo- o transformamos -si hemos aprendido a actuar y a investigar a dónde vamos.
Concientizar
Significa enseñar a leer la realidad: no a ocultarla ni a negarla ni a malinterpretarla.
La realidad no es como una escuela nueva: no puede ser inaugurada. Está ahí o aquí, ahora. Y así es. La realidad puede ser amarga o dulce, placentera o dolorosa, picante o ácida. Y así es.
Está mediatizada en cuanto que gran parte de la información acerca de la realidad llegan a nosotros mediante otras personas.
También está prejuiciada. Existen símbolos o presiones grupales (familiares, clánicas, clasistas, políticas...) que nos acercan a la realidad -mediata o inmediata- con ojos deformados. Detectar la falsedad suyacente a esa interpretación ideológica de la realidad requiere una enorme dosis de objetividad, sentido común e inteligencia.
La realidad es una abstracción demasiado general como para que se convierta en nuestra institutriz o educadora fundamental. Vivimos en contacto con fragmentos concretos de la realidad cósmica, atmosférica planetaria y nacional... social, económica o política.
Para leer esos fragmentos de realidad es necesario aprender el alfabeto que nos permita interpretarla adecuadamente y tomar conciencia de lo que sucede. Es decir, el método científico. Esto resulta extremadamente difícil puesto que nuestra percepción está mediatizada o prejuiciada.
Concientización contra enajenación
La revolución cultural pacífica supone emprender una larga batalla contra la enajenación ambiental: tal vez más peligrosa que el smog, más maloliente que la basura y más contagiosa que el sarampión -entre los niños.
Es enajenado quien:
Responsabiliza de sus propios actos al "sistema" o a "las relaciones sociales de producción" y no a sí mismo.
Se parapeta en posiciones dogmáticas -de "izquierda" o de "derecha"- y no busca alternativas de solución a un mismo problema.
Prefiere la evasión a la reflexión
No es capaz de percibir el drama humano subyacente en la situación crítica de la humanidad
Pretende erguirse en poseedor absoluto de la verdad y de la ciencia, cuando sólo posee verdades a medias, hipótesis por comprobar y aun supuestos ideológicos muy discutibles