En México, las pequeñas y medianas empresas (PYMES) enfrentan numerosos desafíos, especialmente en términos de acceso a créditos y la falta de inversión en tecnología y talento. La velocidad de crecimiento y la escalabilidad son cruciales, pero la confianza y la capacidad de los emprendedores para plantear proyectos viables y rentables son limitadas.