Después de la derrota de Napoleón, Europa vivió un periodo conocido como la Restauración, donde se buscó retornar a la situación política previa a la Revolución Francesa. Las monarquías que habían sido derrocadas fueron reinstauradas, y se restablecieron los principios del Antiguo Régimen.
El mapa político de Europa respondía a los principios básicos de la Restauración y al equilibrio de poderes surgidos la experiencia napoleónica:
Italia: se mantuvo dividida.
España: Fernando VII derogó la Constitución de 1812 y restableció los princios del Antiguo Régimen.
Reino Unido: Su control de las rutas marítimas la convirtió en potencia durante todo el Siglo XIX.
Rusia: Controló Polonia, convertida en reino con el zar Alejandro I.
Prusia: Recibió territorios.
Austria: Obtuvo territorios. Además lideró la Confederación Germánica.
Francia: Perdió todos los territorios conquistados por Napoleón. Se restauró la monarquía con Luis XVIII de forma parcial, pues promulgó la cata otorgada que otorgaba algunos derechos al pueblo.
Congreso de Viena
El Congreso de Viena organizó las relaciones internacionales en los siguientes principios básicos:
Se establecieron dos sistemas de alianzas:
La Cuátripe Alianza
La Santa Alianza
Congresos: Se determinó discutir las rivalidades políticas en sucesivos congresos.
Intevencionismo: las potencias intervenieron en el plano internacional.
Absolutismo: Se puso el Antiguo Régimen.
Legitimismo: se restableció en el trono a las monarquías tradicionales.
Tras la derrota de Napoleón, se procedió a restablecer la situación anterior a la Revolución francesa. Las monarquías derrocadas por Napoleón fueron reistituidas. Este periodo se conoce como la Restauración, y sus líneas maestras se diseñaron en el Congreso de Viena.