по Maria Andrea Bastidas Fletcher 5 лет назад
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Cuando hablamos del ser humano o directamente del humano, nos referimos a nuestra especie: el Homo sapiens (del latín “hombre sabio”), perteneciente al orden de los primates y a la familia de los homínidos, creadores de la civilización que hoy en día domina y transforma el planeta Tierra.
La evidencia más antigua de actividad de los seres humanos en el planeta data de 315.000 años, y se encuentra en Marruecos. En ese momento, la nuestra era apenas una especie entre varias del género Homo, sumamente diversificado y cuyas otras especies ya se han extinguido.
Después de la desaparición del Homo neardentalis (el “hombre del neardental”) hace 28.000 años y del Homo floresiensis (el “hombre de las flores” o Hobbit) hace aproximadamente 13.000 años, somos la única especie del género que perdura.
El ser humano se distingue en base a sus rasgos corporales (bípedo, con articulaciones superiores útiles, capaz de andar erguido y de pelaje escaso), pero también a su capacidad de inventiva e inteligencia, la cual lo distingue del resto de los animales superiores.
En particular su capacidad para el
articulado, para el
complejo y abstracto, y para la transformación del medio que lo circunda.
Sin embargo, los seres humanos nos hemos definido a nosotros mismos filosóficamente de maneras muy distintas a lo largo de nuestra
, a medida que hemos creado y demolido religiones, órdenes sociales e interpretaciones del mundo, en búsqueda de respuesta a nuestras interrogantes esenciales sobre el origen y sentido de la existencia, o el destino final de la misma.
En algunos contextos se empleaba el término “
” como sinónimo de ser humano, pero dicha utilización se desestima debido a su ambigüedad, ya que designa también a los individuos adultos del sexo masculino.
Las manos. Parte más ágil del cuerpo. La destreza de ellas les permite realizar las tareas más delicadas, están en constante movimiento apenas sin descanso durante todo el día y reciben el tratamiento más duro que cualquier otra parte del cuerpo. Se muestran todo el tiempo y con frecuencia se les juzga por el estado y expresión de las mismas. Tanto su forma como tamaño están genéticamente determinados; depende de usted aprender a usarlas para realizar su personalidad y su imagen, y a mantenerlas en buenas condiciones. Ellas necesitan ejercitación para su estimulación y flexibilidad y les permiten estar consciente de cuánto puede moverlas en busca de una articulación expresiva. Requieren de un cuidado regular diario y, en particular, una revisión constante para mantenerlas limpias y uniformes. Ellas revelan la edad, la profesión y las costumbres, incluso constituyen un reflejo de la educación individual. Independientemente de su edad o de lo que hagan las personas para ganarse la vida, siempre utilizan las manos. Cuando tienen algún problema con ellas, es posible que no pueda realizar sus actividades habituales.
Cabeza. Está formada por un armazón esferoidal de
planos donde se encierran órganos muy delicados, como el centro de control, registro y proceso de datos denominado
.
un animal es un ser vivo que puede moverse por sus propios medios. Por lo general, dentro de la denominación se incluye a los integrantes del reino conocido como Animalia.
Se conoce como objeto a todo lo que puede ser materia de conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto, o incluso este mismo.
Como tal, el término en análisis en principio hace alusión a todas las cosas que puede ser captado por los sentidos o conocido por la razón.
n animal es un ser vivo que puede moverse por sus propios medios. Por lo general, dentro de la denominación se incluye a los integrantes del reino conocido como Animalia.
Brazos se le denomina a toda la extremidad superior, desde los hombros a los dedos, aunque muchos autores consideran el brazo solo lo que está entre el hombro y el codo. Definiendo el hombro dentro de la cintura escapular y lo que va del codo a los dedos como el antebrazo.
se conoce como pie a las extremidades de las piernas, formadas por una estructura de huesos, articulaciones músculos y otros componentes. Gracias a los pies, las
pueden mantenerse paradas y caminar.
Las extremidades que se encuentran en la región inferior del ser humano
reciben el nombre de piernas. El término también se emplea de manera más específica para nombrar a la zona de estos miembros que se ubica entre el tobillo y la rodilla.
En este sentido, a nivel anatómico puede decirse que la pierna está articulada con el pie
a través del tobillo y con el muslo por acción de la rodilla. Claro que, si consideramos el concepto en su acepción coloquial, entenderemos por pierna al miembro inferior completo, desde la cadera hasta la planta del pie.
Siempre ha existido en el ser humano la pregunta ¿quién soy? Esta pregunta está íntimamente relacionada con la necesidad de identificarse con algo o con alguien. Es el saber de donde se proviene y a donde se va.
Siendo ésta la pregunta más importante en la existencia humana, la identidad muchas veces está supeditada a creencias negativas que forman falsas identidades basadas en conductas, enfermedades, pensamientos, características del cuerpo, etc. Ejemplo de una identidad falsa basada en conductas sería “yo soy inquieto”, “yo soy nervioso”, etc. Ejemplo de una identidad basada en enfermedades sería “yo soy diabético”, yo soy enfermizo”, etc. Ejemplo de identidad basada en pensamientos negativos sería “yo soy torpe”, “yo soy incapaz”. Ejemplo de identidad falsa basada en características del cuerpo sería “yo soy chaparro”, “yo soy gordo”.
En 1859, Carlos Darwin publicó "El origen de las especies", un libro que transformó la percepción del mundo en relación al desarrollo de la vida en la Tierra.
Pero desde entonces, los científicos se han preguntado si los humanos se han sustraído de alguna forma del poder de la selección natural.
No hay duda de que los humanos son una especie única en el reino animal. Hemos desarrollado tecnologías que nos han permitido resguardarnos de la furia del medio ambiente, como ninguna otra especie ha podido.
Mientras los osos polares desarrollaron una piel peluda, así como capas de grasa para resistir los embates del frío del Ártico, los humanos pueden desollar a los osos y usar la piel para cubrirse del frío.
el latín feminīnus, el término femenino se refiere a aquello que resulta propio, relativo o perteneciente a las mujeres. Se trata, por lo tanto, de algo o alguien que dispone de las características distintivas de la feminidad.