av Valentina rubiano för 4 årar sedan
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La disgrafía es una enfermedad poco conocida pero los síntomas no son tan raros. El principal síntoma es un problema con la escritura. Por lo tanto, si a pesar de mucha práctica, el niño sigue encontrando dificultades para escribir, se debería consultar a un especialista para analizar si la disgrafía es la causa. Los síntomas empiezan a manifestarse a partir de los seis años aproximadamente y, según su tipología, se dividen en dos tipos:
Los pacientes que sufren de esta condición tienden a tener otro tipo de patologías como TDAH, estrés o dislexia. El tratamiento de estos u otros problemas puede ayudar a mejorar la disgrafía.
Trabajar en ejercicios cognitivos
para ayudarles a escribir y leer, ejercicios de fuerza de la mano y la coordinación motora puede ayudar a corregir este problema. Los expertos en terapia ocupacional trabajan en ayudar a los chicos a aprender la posición del brazo y la postura corporal correcta para escribir, además de ayudarles en las tareas escritas.
Disgrafía específica. Se muestra con una mala percepción de las formas y, en ocasiones, una desorientación espacial y temporal y trastornos del ritmo. Los problemas en la escritura de estos niños se producen por un exceso de rigidez o de impulsividad, falta de habilidad, lentitud o extrema meticulosidad.
Disgrafía motriz. Se trata de trastornos psicomotores. El niño o niña comprende la relación entre los sonidos escuchados y la representación gráfica de estos sonidos. Sin embargo, encuentra dificultades en la escritura como consecuencia de una motricidad deficiente.