El lenguaje, tanto en su forma escrita como oral, se enriquece mediante el uso de diversos elementos sonoros y figuras retóricas. Entre estos recursos se encuentran la metáfora, que permite sustituir una palabra por otra basándose en la semejanza de sus significados, y la ironía, que consiste en expresar lo contrario de lo que se piensa, a menudo con un toque de burla.