作者:Tamara Montserrat Mantilla Islas 6 年以前
330
更多类似内容
Los fuegos pues el joven solemniza mientras el viejo tanta acusa tea al de las bodas dios, no alguna sea de nocturno Faetón carroza ardiente, y miserablemente campo amanezca estéril de ceniza la que anocheció aldea.
En dos palabras...: ¡¡ im-presionante!!
Era del año la estación florida
Volverán las golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar
No, sí yo te contará...
que en mi camino fatal alguien va sembrando el mal para que yo lo recoja
Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno se omite el verbo estar
Llegué, vi, vencí
Muchos de los que viven merecen la muerte. Muchos de los que mueren merecen vivir. ¿Puedes devolver la vida?
Cuando tenía hambre.. no tenía comida... y ahora que tengo comida... no tengo hambre
Tus bellos ojos y tu dulce boca de luz divina y de oloroso aliento envidia el claro sol y adora el viento por lo que el uno ve y el otro toca
A ella, como hija de reyes, la entierran en el altar; a él, como hijo de condes, unos pasos más atrás
Es necesario que traigas las velas para salir a navegar
Y por que no me suceda lo que sucede a los que se casan, no quiero tener quien me suceda
¡Oh niñas, niño amor, niños antojos!
Dos caballeros que vivían con el infante don Enrique eran entramos muy amigos e posaban siempre en una posada
No me mires, que miran que nos miramos; miremos la manera de no mirarnos. No nos miremos y, cuando no nos miren, nos miraremos
¿Cómo quieres que te quiera si no me quieres como quiero que me quieras?
Historia esa cosa que a veces nos hace escoria
Soy un fue y un será y un es cansado. En el hoy y mañana y ayer junto pañales y mortaja y he quedado presentes sucesiones de difunto
Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas.
La cuenta de las horas y los días, de semanas y meses los engaños, de los años y siglos las porfías, no te han de mejorar los desengaños; porque no han de vencer las ansias mías horas, días, semanas, meses y años.
Mal te perdonarán a ti las horas; las horas que limando están los días, los días que royendo están los años.
¡Calla, calla, malvado, que es mi tía! ¡Corre, corre, abre!
Rosa fresca, rosa fresca, tan garrida y con amor, cuando yo´s tuve en mis brazos no vos supe servir, no, y, agora que os serviría, no vos puedo haber, no
Compañera usted sabe que puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo
¡Oh noche que guiaste! ¡oh noche amable más que el alborada! ¡oh noche que juntaste!
En cuanto en este mundo vivimos todo lo deseamos,todo los tentamos, todo lo procuramos' y aun todo lo probamos. Y al fin, después de todo lo visto y gustado con todo nos casamos y con todo nos ahítamos.
No es crimen fallado más grave que la fornicación, digna de traer al hombre a perdición.
¡pam!, ¡zas!, ¡paff!, ¡brummmm!
Yo me íba, mi madre, a la romeria; por ir más devota fui sin compañia
Dexaldo al villano y pene; véngueme dios de éle
ni menos la voluntad de tal manera
Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar
Si lealtad non me acordara de la más linda figura, del todo me enamorara
Con eternos llantos muy descarriados en sierras, collados, hallarán quebranto
E ya, pues, desrama de tus nuevas fuentes en mí tu subsidio, inmórtal Apolo
El Conde mi señor se fue a Napóles; el Duque mi señor se fue a Francía
Gozo hayas, María, que el ángel credist: gozo hayas, María, que virgo concebist; gozo hayas, María, que a Cristo parist, la Ley vieja cerresti e la Nueva abrist
De su beldad no quiero yo decirte más de que me parece que debrías pedirle sin del todo a él rendirte
Mi cuidado es maginar e pensar en lo passado, como triste namorado que me quise namorar
Ni en este monte, este aire, ni este río corre fiera, vuela ave, pece nada, de quien con atención no sea escuchada la triste voz del triste llanto mío
Belígero Mares, tú sufre que cante las guerras que vimos de nuestra Castilla
si vivas las meten, amátanse luego, ca puede dar fuegos e fuegos robar.
¿Por qué estás tan contento de ti? ¿Por tu patria? Pues bárbara es. ¿Por tu linaje? Es muy bajo. ¿Por tu ingenio? Diótele naturaleza muy bronco
Cicerón en su De senectute hace hablar a Catón sobre las virtudes de la vejez, pero ya había fallecido.
¿Qué es poesía? -dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú
¡Con qué rigor, Destino, tú me persigues!
Porque ese cielo azul que todos vemos ni es cielo ni es azul. Lástima grande que no sea verdad tanta belleza.
Si llueve, entonces la calle se moja. La calle está mojada Por lo tanto, tiene que haber llovido
Tus labios son rojos como rubíes
Conocer no es lo mismo que saber. No todo alabar es bien decir
no puedo negar a vuesa merced lo de ser mudable, pues no he tenido cosa en mi casa que vuesa merced no me la haya mudado en la suya con la facilidad que sabe
muchas veces he dudado sobre cuál cosa haré antes: desterrar a ti de la tierra o a mí de mi fama en darte lugar que digas lo que quisieres
Nadie más incapaz que yo para dirigiros la palabra, pero, venciendo mi natural timidez, me atrevo a hacerlo, empujado por el entusiasmo que me posee
Trabajo tenías, madre, con tantas mozas, que es ganado muy trabajoso de guardar. - ¿Trabajo, mi amor? Antes descanso y alivio.
Yo confieso que Cristo da excelenciaal matrimonio santo y que lo aprueba. ¡Que Dios siempre aprobó la penitencia!
Miradme, mis ojos, aunque sea riendo del que esta muriendo
Sea el cielo, que está sobre tí, de metal, y la tierra que hollares, de hierro; y el Señor envíe sobre ella polvo en lugar de agua.
¡Oh!, suene de continuo, Salinas, vuestro son en mis oídos, por quien al bien divino despiertan los sentidos, quedando a los demás amortecidos
¿Cuántas veces tengo que decirte que te vayas? ¿Cuándo acabará este calvario? ¿Qué tal? ¿Tengo monos en la cara? ¿Cuándo se habrá visto una cosa igual? ¿Dónde se ha visto cosa igual?
¿Por qué este inquieto y abrasador deseo?
¡Oh sorpresa! ¡Ah, cuánta mentira hay en esos argumentos!
Olas gigantes que os rompéis bramando... ¡Llevadme con vosotras!
E aquellos frutos recebidos tostábanlos al fuego, quebrantándolos con las piedras
Finalmente arribó a Asia, pero no veo razón para rememorar los festines de día y noche, ni los caballos y obsequios que lo recibieron
No es la persona más limpia que conozco
La cima del mundo en vez de La cumbre del Everest Tenía un ojo sin luz, de nacimiento en lugar de decir era tuerto
Los del velorio nos convidaron con café y yo tomé una taza. En el cajón había una figura de cera en lugar del muerto
Por el mes era de Mayo, cuando hace la calor,cuando canta la calandria y responde el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor
En el término del horizonte, bajo el cielo inflamado por nubes rojas, fundidas por los últimos rayos de sol, se extendía la cañada de montañas de la sierra, como una muralla azulado-plomiza, coronada en las cumbres por ingentes pedruscos y veteada más abajo por blancas estrías de nieve
Baldomero parecía otro. En el escritorio canturriaba, y buscaba pretexto para salir, subir a la casa y decir una palabrita a su mujer, cogiéndola en los pasillos o donde la encontrase. También solía equivocarse al sentar una partida, y cuando firmaba la correspondencia daba a los rasgos de la tradicional rúbrica de la casa una amplitud de trazo verdaderamente grandiosa, terminando el rasgo final hacia arriba como una invocación de gratitud dirigida al cielo.
Don Gumersindo era afable, servicial. Compasivo y se desvivía por complacer y ser útil a todo el mundo.. aunque costase trabajos, desvelos, fatiga, con tal que no le costase un real. Alegre y amigo de chanzas y burlas
Su nombre es Dulcinea; sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve
la misericordia es virtud muchas veces coronada, es merced enternecida, es un amor materno; la más amartelada diligencia para el perdón
El hielo abrasador; un silencio ensordecedor
Solo sé que no sé nada
lloro e río en un momento e soy contento e quexoso, ardid me fallo e medroso
Un pequeño paso para un hombre pero un gran paso para la humanidad.
Apriessa cantan los gallos e quieren quebrar albores cuando llegó a San Pedro el buen Campeador
Con dolorido cuidado, degrado, pena y dolor, parto yo, triste amador, de amores, que de amor
Esta riqueza es de dos partes: sierras y llanura y río. La sierra da aceite, vino, leña y casa, y frutos y agua.; la llanura da lanas, carne y pan; y el río
Era mentroso, bebedor, ladrón, tahúr, peleador, goloso
Siempre amar, pues que se paga -según muestra amar- amor con amor, porque la llaga - bien amando- del dolor sane y quede mayor
El gato de mi prima está demasiado alterado - Dijo impaciente. Y cómo no iba a estarlo, si cierta raza de gatos no puede siquiera adaptarse al clima tan frío del pueblo donde vivían. Es como si alguien quisiera traerse verduras exóticas del Caribe, las plantara lo más al norte de Rusia. Aunque, claro, puede darse el caso de que si aquello funciona, no sería más que una de las tantas muestras de supervivencia de las especies. - ¿Estará estresado? - Lo dudo.
por muertas las dejaron, sabed, que non por vivas.
El templo había sido ya desocupado. Un par de hombres aguardaban ya en la entrada a Pedro Páramo, que se unió a ellos y en compañía siguieron el ataúd que esperaba descansando en los hombros de cuatro capataces de la Media Luna.
La iglesia estaba ya vacía. Dos hombres esperaban ya en la puerta a Pedro Páramo, quien se juntó con ellos y juntos siguieron el féretro que aguardaba descansando encima de los hombros de cuatro caporales de la Media Luna
Conviértase ese día en tinieblas, y Yahvé allá arriba lo ignore para siempre; que ningún rayo de luz resplandezca sobre él. Lo cubran tinieblas y sombras, se extienda sobre él la oscuridad, y haya ese día un eclipse total. Que esa noche siga siempre en su oscuridad.