La Metacognición.
Es la capacidad de autorregular los procesos de aprendizaje, corresponde al conocimiento que un individuo tiene sobre sus propios procesos y productos cognitivos y sobre los aspectos que influyen en dicho proceso: ambiente, tarea y habilidades para resolver esa
tarea.
La exposición al alcohol, a ciertos fármacos o toxinas durante el embarazo, así como el nacimiento prematuro, son factores de riesgo en el retraso del desarrollo cognitivo. Niños que han sufrido de forma prematura el abuso, el abandono familiar u otras experiencias traumáticas son también vulnerables a retrasos en el desarrollo.
Un proceso patológico o una lesión en el cerebro pueden provocar una disfunción ejecutiva adquirida en niños que previamente tenían un desarrollo normal.
Las consecuencias de un desorden en la función ejecutiva, también denominado síndrome disejecutivo, son determinantes en cualquier ámbito en el cual es necesario la adecuación de conductas adaptadas, por ejemplo, en la toma de decisiones, en las relaciones interpersonales, en la resolución de problemas y en la planificación de las tareas de la vida cotidiana.
Realiza el acto de pensar y autorregular los procesos de aprendizaje.
Para Campione, Brown y Connell (1989), citados en Vargas y Arbeláez (2004, p. 4), la metacognición comprende tres dimensiones:
Habilidad para reflexionar tanto sobre su propio conocimiento como sobre sus procesos de manejo de ese conocimiento.
Autorregulación, monitoreo y ordenamiento por parte de las personas de sus propias destrezas cognitivas.
Conocimiento estable y consciente que las personas tienen acerca de la cognición.
El ser humano es consciente de sus propio proceso de aprendizaje, se da cuenta de los procesos mentales que utiliza cada momento, reflexiona sobre la forma en la que aprende, controla el uso de las estrategias de aprendizaje más adecuadas.
Está relacionado tanto con los procesos biológicos de la maduración del cerebro (naturaleza) como con la experiencia (educación), así como con factores motivacionales y emocionales. Este desarrollo conduce y traslada a los niños desde la dependencia de estructuras y apoyos elaborados por el adulto, a modos más independientes y flexibles de pensar y de actuar. Existe una gran variabilidad en la velocidad a la que los niños desarrollan el control ejecutivo. Algunos experimentan retrasos en el desarrollo de estas importantes habilidades. Algunos consiguen superarlos pero otros siguen arrastrando debilidades ejecutivas en la edad adulta.
El desarrollo de las funciones ejecutivas son de inicio temprano y éste se prolonga hasta la edad adulta; por tanto, son las que tardan más en desarrollarse.
El rendimiento en diversas tareas consideradas ejecutivas, experimenta mejoras significativas en los primeros años de vida y presentan distintos “picos” madurativos a lo largo de su desarrollo.
Funciones Ejecutiva
Las funciones ejecutivas, sirven para organizar y planificar una tarea, seleccionar apropiadamente los objetivos, iniciar un plan y sostenerlo en la mente mientras se ejecuta, inhibir las distracciones, cambiar de estrategias de modo flexible si el caso lo requiere, autorregular y controlar el curso de la acción para asegurarse que la meta propuesta esté en vías de lograrse.
Las Funciones Ejecutivas nos permite establecer, mantener, supervisar, corregir y alcanzar un plan de acción dirigido a una meta.
Cuando el sujeto: toma decisiones, resuelve problemas, regula emociones, hace planes, organiza de manera secuencial, organiza el tiempo, cuando se adapta a situaciones imprevistas, etc.
Planificación, toma de decisiones, establecimiento de metas, organización, inicio y finalización de tareas, flexibilidad cognitiva y monitorización.
Las funciones ejecutivas son las encargadas de llevar a cabo un conjunto de herramientas cognoscitivas que se ponen en juego durante los procesos de aprendizaje. En la revisión de la evolución ontogénica del sistema nervioso, se puede destacar la importancia del desarrollo de varios mecanismos cerebrales tales como la mielinización, los neurotransmisores, la plasticidad neuronal, los cuales son fundamentales para el funcionamiento del lóbulo frontal siendo éste indispensable en el surgimiento de las funciones ejecutivas y procesos de actividad intelectual. Justamente, las funciones ejecutivas, permiten un conjunto de funciones cognoscitivas complejas.
Las funciones ejecutivas que poseen el control consciente, intencional y deliberado, dirigido por metas, suelen llamarse metacognición. Ella hace referencia “a todos aquellos procesos que supervisan, planifican y verifican el funcionamiento netamente cognitivo y comportamental del organismo
Conceptualizó este término cuando refirió que pacientes con afectación frontal presentaban problemas de iniciativa y de motivación, se mostraban incapaces de plantear metas y objetivos y no diseñaban planes de acción en aras a lograr el objetivo deseado
Describe tres unidades funcionales básicas que componen el cerebro humano: sistema límbico y reticular (alerta y motivación); áreas corticales post-rolandicas (recepción, procesamiento y almacenamiento de información); y corteza prefrontal (programación, control y verificación de la actividad). Aunque cada una cumple con una función específica y comprenda estructuras determinadas, la participación de las tres unidades funcionales del cerebro es necesaria en todo tipo de actividad mental.
“Las funciones ejecutivas son los procesos mentales mediante los cuales resolvemos deliberadamente problemas internos y externos. Los problemas internos son el resultado de la representación mental de actividades creativas y conflictos de interacción social, comunicativos, afectivos y motivacionales nuevos y repetidos. Los problemas externos son el resultado de la relación entre el individuo y su entorno”.
Exponen que “las funciones ejecutivas incluyen un grupo de habilidades cognoscitivas cuyo objetivo principal es facilitar la adaptación del individuo a situaciones nuevas y complejas yendo más allá de conductas habituales y automáticas”.
Dentro de estas funciones ejecutivas ha sido incluida una gran variedad de destrezas tales como la capacidad de establecer metas, el desarrollo de planes de acción, la flexibilidad de pensamiento, la inhibición de respuestas automáticas, la autorregulación del comportamiento y la fluidez verbal