por Indara Vilema Mena hace 11 meses
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Una rutina establecida puede reducir la ansiedad y el estrés, ya que el estudiante sabe qué hacer y cuándo hacerlo.
El proceso de apoyar al estudiante para establecer un sistema y un horario que funcione lleva inicialmente más tiempo, pero al final es así cómo aprenderá a entender el tiempo disponible y usarlo eficazmente.
Adaptar las actividades educativas para aprovechar las fortalezas individuales de los estudiantes puede ser una estrategia eficaz para fomentar el buen uso del tiempo, ya que promueve la motivación, la eficiencia y el desarrollo de la autoconfianza.
En resumen, la percepción del tiempo de un estudiante no es algo universal o objetivo, sino que está moldeada en gran medida por la relación que tiene con la figura que guía su uso del tiempo, ya sea un profesor o su familiar.