por Diego Itziar Sebas hace 8 meses
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Desertización de zonas fértiles que derivaría en una escasez de alimento. Deshielo de los casquetes polares. Retroceso de los glaciares. Alteración en los ecosistemas. Cambios en el clima a largo plazo.
Reducir el uso de combustibles fósiles. Capturar las emisiones de CO2 y metano. Utilizar materiales reciclados y fuentes de energía renovables. Evitar la tala indiscriminada de árboles. Desarrollar tecnologías para extraer el CO2 del aire y convertirlo en combustible y materia prima.
La niebla, mezclada con partículas en suspensión forma el esmog gris y junto al NO2 el esmog rojizo. La inhalación de NO2 y de partículas en suspensión puede provocar bronquitis, asma y alergia.
Limitar el tráfico en las concentraciones urbanas. Utilizar el transporte público y bicicletas eléctricas. Mejorar la eficacia de la filtración de gases y partículas solidas (son emitidas por coches y chimeneas industriales).
Afecta al sistema inmunológico, haciendo que las personas sean más sensibles a infecciones. Aumenta el riesgo de cáncer de piel produce enfermedades oculares como las cataratas.
Reducir la producción y comercialización de CFC. Sustituir los CFC por otros compuestos que no destruyan el ozono. Tomar el sol con protector solar y gafas que filtran los rayos ultravioleta.