por Ana Margarita Gutierrez Peñuelas hace 3 años
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El individuo aislado puede hallarse sometido a las mismas excitaciones que el hombre-masa; pero cuando su razón le muestra los inconvenientes de someterse a las mismas, no cede. Desde el punto de vista fisiológico, puede definirse este fenómeno diciendo que el individuo aislado posee la aptitud de dominar sus reflejos, mientras no ocurre así en la masa. Los diversos impulsos a los cuales obedecen las masas podrán ser, según las excitaciones, generosos o crueles, heroicos o pusilánimes, pero siempre serán tan imperiosos que el propio instinto de conservación se borrará ante ellos.