por Durón Kathe hace 4 años
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Exaltación de la función de alerta debido a la presencia de drogas alucinógenas, episodios maníacos o esquizofrénicos.
Presencia de dos o más personalidades, las cuales se alternan en el control de la conducta, con amnesia localizada.
Restricción de la conciencia cuyo elemento central es la sugestión.
Afectación de la conciencia, desorientación mantenida y la amnesia total después del episodio.
Alucinaciones. Enfermo agitado, sudoroso y agresivo.
Alteraciones de la conciencia corporal
Miembro fantasma
Percepción de un miembro amputado, normalmente asociado a un dolor intenso (dolor fantasma).
Prosopagnosia
Incapacidad para reconocer caras familiares
Asterognosia
No reconocimiento de objetos por el tacto, sin la ayuda de otros elementos sensoriales.
Anosognosia
Desconocimiento, por parte del paciente, de su enfermedad, no obstante evidente.
Despersonalización y desrealización
Delirium
Total desintegración de la conciencia, actividad alucinatoria, amnesia consecutiva, dura entre 1 a 2 semanas.
Estadio confusional
Pérdida de coherencia, alteraciones de memoria, jerga ocupacional, disgrafía. deshinibición y amnesia de lo ocurrido durante el episodio.
Estadio asténico-apático
Fatigabilidad-astenia-apatía; labilidad afectiva-irritabilidad; fluctuaciones de la atención, concentración y memoria; sensibilidad a la luz y al sonido; insomnio.
Onirismo o delirio del sueño
Presencia de fenómenos parecidos a los sueños y actividad alucinatoria principalmente visual y de características escenográficas.
El cerebro deja de responder a la estimulación.
La persona permanece ajeno o distante del entorno, no reacciona, está inmóvil y mutista.
Si el paciente habla, su discurso es incoherente e inteligible.
La persona permanece distraída, confundida, con distorsiones perceptivas, junto con alteraciones de sus funciones intelectuales.
Es el estado menos severo de deterioro del nivel de conciencia.