La transmisión de la revelación divina se centra en la tradición apostólica, donde Cristo encargó a sus apóstoles la misión de predicar el Evangelio como fuente de verdad y guía moral.
Gracias a la asistencia del Espíritu Santo, la inteligencia tanto de las realidades como de las palabras del depósito de la fe puede crecer en la vida de la Iglesia
— Cuando los fieles comprenden internamente los misterios que viven ; Divina
eloquia cum legente crescunt la comprensión de las palabras divinas crece con su
reiterada lectura, San Gregorio Magno, Homiliae in Ezechielem
Cuando las proclaman los obispos, que con la sucesión apostólica reciben un carisma de la verdad
Cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón
La Tradición apostólica
"Cristo nuestro Señor, en quien alcanza su plenitud toda la Revelación de Dios,
mandó a los Apóstoles predicar a todos los hombres el Evangelio como fuente de toda
verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos:
el Evangelio prometido por los profetas, que Él mismo cumplió y promulgó con su voz"
Es preciso quemCristo sea anunciado a todos los pueblos y a todos los hombres y que así la Revelación llegue hasta los confines del mundo
Dios quiso que lo que había revelado para
salvación de todos los pueblos se conservara por siempre íntegro y fuera transmitido a todas las generaciones
Dios "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad"
LA REVELACIÓN DE DIOS
Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen
acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina"
EL HOMBRE ES CAPAZ DE DIOS
Estas "vías" para acercarse a Dios tienen como punto de partida la creación: el mundo
material y la persona humana.
El mundo: A partir del movimiento y del devenir, de la contingencia, del orden y de
la belleza del mundo se puede conocer a Dios como origen y fin del universo. El hombre: Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral,
con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el
hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En todo esto se perciben signos de su
alma espiritual.
El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios
EL HOMBRE ESTÁ INCLINADO NATURALMENTE A CONOCER Y AMAR A DIOS
Revelación Natural: es el testimonio que Dios da de sí mismo en la Creación.
Revelación Sobrenatural: es la iniciativa de Dios mismo que sale en busca del hombre para iluminarlo y establecer con él un trato personal orientado a su salvación.
De esa inquietud del hombre sobre algo sobrenatural se llega a la Teología = Tratado sobre Dios