En el siglo XIX, Bogotá mostraba una marcada división de labores entre hombres y mujeres, con las mujeres negras o indígenas ocupándose de los quehaceres domésticos. En 1890, se inauguró el Skating Ring en la carrera 6a, un lugar donde se alternaban conciertos, sesiones de patinaje, tiro al blanco y billar.