a angela sanmiguel 4 éve
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El hombre hace parte del mundo inteligible y sensible; en el primero formula las leyes universales de la moral con el uso de su buena voluntad, que aplican también para su mala voluntad generada en el mundo sensible, es decir, las leyes del mundo inteligible deben ser aplicables al mundo sensible y reconocer su autoridad sobre los deseos generados en éste último.
Toda acción que realice el hombre conforme al deber, pero no por éste, debe ser considerada sin contenido moral. Es decir, el contenido moral de una acción está determinado por el cumplimiento del deber.
El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley el respeto está dado en tanto el sujeto cumpla la ley o máxima3 aunque lleve implícito el sometimiento de sus propias inclinaciones. Luego, el cumplimiento de la ley práctica es una acción determinada por la voluntad y realizada por un ser racional.
la voluntad es determinada por la razón con fundamentos a priori. Es así como la ley de la moralidad es absolutamente necesaria, aplicable a todos los seres racionales en general.
El imperativo categórico es, pues, único, y es como sigue: obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal
Los conceptos básicos a tener en cuenta para la formulación de los imperativos categóricos son: la voluntad y el fin4 , éstos últimos pueden ser fines subjetivos, que son utilizados como medios y fines objetivos aquellos que son fines en sí mismos.
La elección consiste en escoger una cosa a preferencia de otra, y tal cosa debe representar lo mejor sobre lo peor
Para la consecución de la felicidad son necesarias la virtud, la prudencia y el placer.
sin intelecto, sin reflexión y ni disposición ética no hay elección; el bien obrar y su contrario no pueden existir sin reflexión y carácter
Nietzsche, al igual que Aristóteles, afirma que la moral procede de las costumbres y la tradición, siendo esta última esa fuerza que mueve a los hombres a actuar de determinada manera. La moralidad no es otra cosa que la obediencia de las costumbres, cualesquiera que sean éstas
La idea del castigo inevitablemente ha determinado la forma de actuar de los hombres, limitando sus actos naturales y casuales. La moral es una forma de embrutecimiento, pues tienen un toque de santidad e inmutabilidad, no permite la creación de nuevas costumbres, por lo tanto, embrutece
para Nietzsche la única justificación de la moral es la más profunda infelicidad
Hegel propone entonces que el hombre debe ser moral y ético.
La voluntad ética tiene un carácter universal y no existe ninguna voluntad particular y conciencia moral que puedan contraponérsele, los derechos individuales están contenidos en la voluntad ética donde la libertad tiene su verdad a través de lo objetivo y lo ético.
La ética necesita del derecho como elemento regulador entre las libertades y voluntades subjetivas, es llevar a lo objetivo una serie de aspectos que den lugar al respeto.
En la moralidad, la libertad está determinada por la subjetividad de la voluntad, el punto de vista de la moral es el punto de vista de la voluntad en cuanto por sí es infinita y no meramente en sí
Es decir, la voluntad moral está estipulada por la autodeterminación del sujeto, por sus fines y propósitos y éste no puede ser juzgado por el uso de su voluntad libre