La comunicación puede ser cuantificada mediante estímulos matemáticos, como lo demuestran los trabajos de Shannon y Weaver. Esta cuantificación permite organizar los códigos y símbolos en mensajes, con la retroalimentación como componente clave.
Biólogo e informático estadounidense . Nuevas premisas sobrepasarán el ámbito técnico y se podrán llevar a la práctica. Weaver va a definir, por lo tanto, tres planos o niveles en los cuales se superpone el hecho comunicativo: técnico, semántico y pragmático. El primero va a hacer referencia a la capacidad del emisor para enviar el mensaje deseado; el segundo hablará sobre el significado que transmite el mensaje del emisor; por último, el tercero medirá la afectividad que ha alcanzado el mensaje en todos los destinatarios.