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La radicalidad del amor

La ley del talión, que se menciona en los textos del Levítico y Deuteronomio, buscaba establecer una proporcionalidad entre el daño recibido y la represalia. Sin embargo, Jesús propuso superar esta ley mediante el perdón y el amor a los enemigos, argumentando que devolver mal por mal solo perpetúa una espiral de violencia.

La radicalidad del amor

La radicalidad del amor

El filósofo y sociólogo Jürgen Habermas ideó la ética del discurso.

La propuesta de Jesús

Jesús propuso superar la ley del talión y perdonar al que nos ofende. El amor a los enemigos es la regla de conducta de los seguidores de Jesús. Devolver mal por mal genera una espiral de violencia de la que es imposible salir.

La vida de Jesús es la expresión más perfecta de amor a Dios y a los demás. Su vida de fidelidad a la voluntad al Padre y su entrega por amor a la humanidad muestran a los creyentes el camino a seguir.

Enseñanza a los discípulos
Jesús actuaba así por generosidad y por amor, nunca por egoísmo o por su propio interés, nunca por fama, dinero o poder.
Preocupación por los débiles
Jesús daba siempre la última palabra al amor, porque el amor determina cómo debemos comportarnos en cada situación. Para él, eran las personas necesitadas los verdaderos criterios para actuar en la vida, no las normas impuestas por la ley
Transmisión del amor
Jesús se sentía profundamente amado por el Padre, y ese mismo amor es el que manifestaba en sus relaciones con todas las personas.

La Respuesta del creyente

Así, para el creyente, perdonar supone el esfuerzo por controlar la respuesta primaria y sirve para mostrar la fe en Jesús, quien murió en una cruz perdonando a sus enemigos.

La ley del talión

Históricamente, la ley del talión constituye un gran avance porque fue el primer intento por establecer una proporcionalidad entre el daño recibido y la represalia de la víctima en un crimen
La palabra talión proviene del latín, talis-tale, ‘a tal daño, tal castigo’
recogen los libros del Levítico y del Deuteronomio