da Ana Milena Gutierrez Escobar mancano 5 anni
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La Enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno caracterizado por síntomas motores como temblor en reposo, bradicinesia, rigidez y alteraciones en la marcha. También se conocen síntomas no motores, como alteraciones autonómicas, sexuales, del sueño y neuropsiquiátricas. Estos síntomas son consecuencia de la pérdida de neuronas dopaminérgicas, principalmente de la vía nigroestriatal.
En pacientes iniciales, particularmente si son menores de 65 años, y con poca discapacidad (estadíos I y II de Hoehn y Yahr), se puede iniciar un periodo de tratamiento en monoterapia con agonistas dopaminérgicos. En pacientes iniciales mayores de 65 años y en todos aquellos que por una u otra razón, se desee conseguir la mejoría sintomática en un tiempo breve y/o que esta mejoría sea rápida, podrá comenzarse el tratamiento con levodopa
La levodopa (L-dopa) continúa siendo un tratamiento muy eficaz y piedra angular del tratamiento de la EP. Los agonistas dopaminérgicos son medicamentos que tienen su efecto terapéutico mediante la estimulación de distintos receptores de levodopa. Los agonistas dopaminérgicos derivados de la ergotamina incluyen a la bromocriptina, pergolide, cabergolina y la lisurida. Debido a su perfil de efectos secundarios y adversos, tolerabilidad y efectividad actualmente no son utilizados rutinariamente. Los agonistas no ergóticos incluyen al pramipexol, rotigotina, apomorfina, ropinirol. Otros medicamentos disponibles son los inhibidores de la catecolometiltransferasa (iCOMT) y los inhibidores de la monoaminooxidasa (iMAO).
El éxito del tratamiento quirúrgico depende de los criterios de operabilidad. Debe destacarse que solo del 5 al 10% de los pacientes con el diagnóstico de enfermedad de Parkinson idiopática cumplen con los criterios que determinarán una buena respuesta al tratamiento. Tanto las estimulación cerebral profunda del GPi como del NST mejoran significativamente la puntuación del UPDRS en su parte motora, mejoran las discinesias y mejora las actividades de la vida diaria.
La fluctuación motora más frecuente es el deterioro de “fin de dosis”; ésta, se caracteriza por la reaparición de síntomas parkinsónicos, en pacientes previamente bien controlados, durante varias veces en el transcurso del día. Otras fluctuaciones motoras incluyen el “off impredecible”, “retardo en el inicio y el no-on”. Las discinesias inducidas por levodopa pueden presentarse al poco tiempo (meses) de iniciado el tratamiento con levodopa aunque habitualmente estas se observan más tardíamente. Se estima que se presentan en el 60% pacientes después de 3 o 4 años de iniciado el manejo con levodopa.
En 1997 la Organización Mundial de la Salud declaró el 11 de abril Día Mundial del Párkinson en conmemoración del aniversario de James Parkinson, doctor británico que describió por primera vez la enfermedad.
Como cada año, la Federación Española de Párkinson y las asociaciones federadas ponen en marcha una campaña de sensibilización con el objetivo de dar a conocer el párkinson y dar visibilidad a las más de 160.000 familias que conviven con el párkinson en España.
La Escala unificada de Evaluación de la Enfermedad de Parkinson versión 3. (UPDRS V3.0, Unified Parkinson's Disease Rating Scale UPDRS) es el sistema de clasificación utilzado de forma rutinaria para evaluar el curso longitudinal de la EP.
La Bradicinesia: se ha definido como una lentitud en el inicio, realización o finalización del movimiento voluntario, que es especialmente notoria en movimientos repetitivos o alternantes de las extremidades, en que hay una progresiva reducción de la velocidad y amplitud.
Rigidez: La resistencia que opone un segmento corporal a la movilización pasiva se denomina rigidez. En la EP puede presentarse en forma de rueda dentada, en que hay breves episodios de oposición alternados con episodios de relajación, o por una resistencia más constante.
Alteración de los reflejos posturales: Este es uno de los síntomas más discapacitantes en la EP, predispone a caídas y es causa habitual de la pérdida de la capacidad de los pacientes de valerse solos.
La depresión: está causada parcialmente por un desequilibrio químico cerebral, como es frecuente en los ancianos o por diversos factores, y el paciente no suele relacionarla con otros síntomas precoces del Parkinson.
Los investigadores también han observado que se producen muchos cambios en el cerebro de las personas con la enfermedad de Parkinson, aunque no resulta claro por qué ocurren estos cambios. Entre estos cambios se incluyen los siguientes:
La Enfermedad de Parkinson es un proceso neurodegenerativo progresivo. La lesión fundamental de la EP recae en la parte compacta de la sustancia negra (SN), que forma parte de los ganglios basales (GB). La causa es desconocida, aunque probablemente es multifactorial, siendo los principales factores etiológicos de naturaleza genética y ambiental.
aunque se puede presentar en personas de menor edad; es crónica y progresiva, causando una pérdida paulatina de la capacidad física y mental, hasta llegar a la discapacidad total.
La mayoría de los pacientes de Parkinson se encuentran en situación de doble vulnerabilidad: vejez y discapacidad.