Durante el siglo XX, la narrativa y la poesía se convirtieron en vehículos esenciales para explorar la complejidad del ser humano y los eventos históricos que marcaron la época. En el ámbito de la novela histórica, los autores a menudo situaron sus tramas en contextos como la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, ofreciendo múltiples perspectivas y un análisis profundo de la condición humana.