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by Melanie Quiroz 4 years ago

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EL REPORTAJE. Anuar Saad y Jaime De la hoz.

El reportaje se ha consolidado como un género que combina investigación, denuncia y actualidad. Aunque se podría pensar que los periódicos son el lugar ideal para encontrar ejemplos destacados de reportajes, en realidad, las revistas suelen ofrecer una mejor expresión de este género debido a la demanda de los lectores por historias detalladas y bien contadas.

EL REPORTAJE. 
Anuar Saad y Jaime De la hoz.

EL REPORTAJE. Anuar Saad y Jaime De la hoz.

DIFERENCIACION DEL GENERO

Como el género surgió dando sus primeros pasos en la entrevista, se generó una gran confusión en que diferenciaba uno de otro, además de sus lazos con la noticia y la crónica. Por más que busquemos diferencias, no hay nada mejor que lo que representa una historia bien contada, rica en detalles, narración y descripción, que genere estados de ánimo en el lector, Sin embargo, muchos son los estudios que se han enfocado en estos géneros para diferenciarlos y enfocar las prioridades de cada uno.

La confusión aún se mantiene, pero distintos avances han permitido resaltar por ejemplo que el reportaje requiere de una mayor preparación y documentación para su elaboración y que tiene como eje, casi siempre, un hecho noticioso. Que su publicación no puede ser a temporal: un reportaje no puede quedar “colgado” por tiempo indefinido, porque su tema puede agotarse o, lo que es peor, ser publicado por otro medio. A diferencia de la crónica que por su parte, nació de la narrativa sobre “los pequeños temas”, que bien podían tener muy poco de noticioso, pero sí cumplían con los principios de entretener, informar y educar a la comunicad en general. De ella el reportaje tomo su característico estilo narrativo y lo adapto a la relataría de noticias completas, con un exhaustivo trabajo de campo donde los testimonios, citas, fechas, datos, lugares, nombres, cifras, anécdotas, diálogos, descripciones, colores son protagonistas en la narración.


Por consiguiente, podemos deducir que aunque el reportaje adopto ideas de la crónica este género es mucho más informativo y completo, dado a los detalles y la verosimilitud que se da en su narrativa. Por otro lado está la entrevista, la que muchos académicos no resaltan como genero por sí solo, sino como un puente comunicacional entre géneros periodísticos. Trasladándonos a la actualidad estos mismos que se debaten entre la confusión: el reportaje, la crónica y la entrevista son los más apetecidos por todo público: lectores, televidentes o radioescuchas. Cada uno puede tener su particular estilo de redacción y sus reglas claras para el buen periodismo.


ACTUALIDAD DEL REPORTAJE.

Actualmente la realidad informativa nos muestra que el género del reportaje asume como propiedades absolutas la investigación y la denuncia, de la mano con un relato de actualidad. Pese a esto paradójicamente, no es en los periódicos donde el lector encontrará la máxima expresión del reportaje, por lo general éste debe recurrir a las revistas para hallar gratificantes exponentes del género.

Esto se presenta gracias a la ávida demanda por parte de los lectores de encontrar historias contadas bajo la lupa del rey de los géneros. Pero, los periodistas de afán, esos que no faltan en las salas de redacción, cuando se tienen que enfrentar a lo riguroso de la actualidad de forma distinta a la noticia; sin querer esto decir que tenemos que meternos en la camisa de lo objetivo; a la voluntad, la entrega, el tiempo y la responsabilidad social, todas características propias del género, se desalientan al practicarlo. Y si algo no se puede perder en la narración de un reportaje es, precisamente, el aliento. Ante muchas circunstancias las del contexto, se le observa más al redactor, por desgracia, como un transportador de la información y no como un analista e intérprete de ella.


VÍDEO INFORMATIVO DEL REPORTAJE

AUDIO "HABLEMOS DE REPORTAJE"

BIBLIOGRAFIA Saad, A. S., & de la Hoz Simanca, J. (2001). El reportaje. Sala de Prensa nº27, 3.

ELABORACIÓN DEL REPORTAJE

La elaboración del reportaje ha tenido cambios, pero siempre se ha enfatizado en la búsqueda de la verdad de los hechos por lo que el tratamiento de las fuentes es de suma importancia. Y muchas veces, desde la hipótesis que se pueda formular el periodista, puede empezar la indagación para valorar si su tema, efectivamente, amerita seguir en el recorrido.

Después de que dicho tema tenga valides y pertinencia entre los dos agentes, es decir, quien lo escribe y quien se aproxima a leerlo viene una de los fuertes caracterizadores del reportaje, el proceso de investigación este es indispensable en el que se recurre a hechos anteriores, publicaciones sobre el tema, archivos, fotografías, testimonios, en fin, distintas fuentes que nos vayan arrojando algunas pistas de lo que queremos escribir; y, por supuesto, a través de entrevistas vamos recopilando material de primera mano. Luego, en revisión de todo este material se debe priorizar cual será utilizado y es adecuado para el tema, lo más importante es tener la información necesaria que permita terminar un buen trabajo periodístico. En la estructura argumental se debe estructurar con una intención determinada. Para lograrlo es necesario recurrir al hilo conductor sobre el que girará el desarrollo del trabajo periodístico. Es conveniente que este hilo conductor se muestre desde el lead y aparezca durante toda la narración, así no quedara duda de la intención narrativa del trabajo, incluso debe mantenerse hasta el párrafo final del reportaje. 

GABO Y EL REPORTAJE.

En tiempos modernos, caracterizados por la exigencia del periodismo escrito, este nos remite obligatoriamente a quien se refería a este género como “El reportaje no es más que la noticia completa”. Así mismo como el gran cultor del reportaje en Colombia: Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura y creador del Taller de Periodismo Iberoamericano. Hablaba de reportaje no solo como género periodístico, sino como género literario. A lo largo de su escritura uso el reportaje con la única diferencia de que aquél trabaja con materiales de la realidad, es decir, con hechos ocurridos que, en la mayoría de los casos, dan lugar a la noticia.

En la actualidad la misma exigencia de los lectores, los avances de la tecnología y el crecimiento literario han sido los precursores de que este género haya vuelto a ser reconocido como la salvación de los representativos medios escritos. Además del nobel de literatura, escritores como Tomás Eloy Martínez, Germán Castro Caycedo, Alma Guillermo Prieto, Jon Lee Anderson y Juan Villoro, han dedicado su vida a pasear gran parte del continente dando a conocer sus puntos de vista, opiniones y aciertos en este género direccionándolo como la necesidad de la expresión cotidiana, eso explica las renovadas técnicas en el proceso de hechos noticiosos tomados como base fundamental del reportaje.

Como estos autores existen muchos más que estudian y establecen distintas maneras de abordar el reportaje. Además de los que se ocupan estrictamente en los puntos de partida del reportaje para una aproximación a la manera como en estos tiempos modernos se manifiesta a través de los medios. Pero lo único cierto es que han sido la literatura y el cine los ingredientes que han aportado de manera incuestionable a su fortalecimiento desde sus inicios. 


PRIMERAS APARICIONES DEL REPORTAJE

En Colombia y varios países latinoamericanos se empezó a hablar de reportaje en las dos primeras décadas del siglo XX como consecuencia del cambio de algunas técnicas para recolectar la información que utilizaban los periódicos desde finales del siglo XIX.

Aunque se empezaba a hablar del género este aun no recibía el nombre de “reportaje”, sin embargo, ya en las redacciones existía la palabra repórter, tomada del periodismo anglosajón. Este nuevo género solo se dio a conocer como "reportaje" después de varias décadas. Mientras tanto se usaba la palabra entrevista para referirse a este estilo. Más tarde, se concibió el reportaje como la mezcla entre periodismo y literatura, así fue como el género se posiciono como la narración y descripción de hechos con visos de historias que dieron vida a una nueva forma de obtener y relatar noticias.


Hoy, parece que asistimos al renacimiento del reportaje. Con nuevos ingredientes, por supuesto. Pero con el mismo sabor que produce una buena prosa enriquecida con información veraz y unos contextos que obedecen más a la capacidad creadora del reportero y a su estilo, que a un esquema preconcebido.