La inmunología innata es la primera línea de defensa del cuerpo contra patógenos. Esta incluye diversas barreras que dificultan la entrada y proliferación de microorganismos. Las barreras físicas como la piel y las mucosas, las químicas como el pH ácido, las sales biliares, lisozima y espermina, y las mecánicas actúan conjuntamente para proteger el organismo.