El método científico se caracteriza por su objetividad, buscando generar conocimientos basados en hechos concretos sin influencias de valores o creencias. Este enfoque didáctico resulta atractivo para los jóvenes, permitiéndoles pensar como científicos y despertar su interés en las ciencias.
Exige experimentación controlada y sistemática. Plantea la etapa de experimentación de manera muy cuidadosa, tratando de que esta resulta reproducible y de que ningún factor se convierta en una amenaza para la robustez del experimento, aun cuando se acepta que existe siempre el denominado error experimental.
Es riguroso y de orden lógico. No se trabaja de cualquier manera en el método científico, no se pueden omitir pasos, tampoco alterar el orden lógico, ya que no se arribaría a ninguna conclusión válida en ese caso.
Exige verificabilidad empírico. Un conocimiento adquiere el carácter de científico cuando pudo ser contrastado o verificado, es decir, superó la prueba de confrontación con la realidad.
Es fáctico. Se basa en observación e información. El método científico se nutre de datos concretos, es decir, de medidas; estas pueden ser cualitativas o cuantitativas, pero siempre existen.
Es objetivo. A través del método científico se aspira a generar conocimientos sobre la base de hechos concretos, sin tomar en cuenta valores o creencias del propio investigador o instaladas en la comunidad.
Es didáctico. Muchas de las cuestiones cotidianas fueron analizadas por el método científico, y es probable que un niño o un joven se interesen mucho más en las ciencias si se les permite pensar como alguna vez pensó el científico que llegó a determinado hallazgo
Es autocorrectivo. En la medida que surgen incongruencias conceptuales el método científico va rechazando o modificando sus propias conclusiones. Es bastante común que esto suceda con el correr de los años, el vertiginoso avance tecnológico tiende a acortar los tiempos en este sentido.
Exige permanente análisis y síntesis. Mediante el análisis se identifican cada una de las partes que integran una realidad; a través de la síntesis todas las partes identificadas se integran en un todo más abarcador, que contribuye al entendimiento de un fenómeno
.
Recurre al razonamiento inductivo. A veces es útil la observación de fenómenos particulares, con la intención de arribar a premisas generalizadoras. Sin embargo esto no se considera suficiente para avanzar en el conocimiento.
Apela al razonamiento deductivo o inferencia. Una vez formulada la hipótesis, se infieren de ella algunas posibles consecuencias prácticas, que luego son sometidas a verificación. Es necesario poder establecer con claridad estas inferencias.