by dayana montes 4 years ago
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EL APRENDIZAJE COMO PROCESO COGNITIVO: Es el proceso cognitivo a través del cual incorporamos nueva información a nuestro conocimiento previo. En el aprendizaje incluimos cosas tan dispares como el aprendizaje de conductas o hábitos como lavarnos los dientes o aprender a caminar, como todos los conocimientos que vamos adquiriendo con la socialización y la escuela. Piaget y otros autores hablaban del aprendizaje cognitivo como el proceso en el que la información entra en el sistema cognitivo y lo cambia.
REDUCIR NUESTRO NIVEL DE ESTRÉS: también, puede ayudar a mejorar nuestra cognición. El estrés aumenta los niveles de cortisol, el cual ataca la mielina de los axones, lo que impide una transmisión de la información eficaz. Reducir el estrés, mejora la conexión sináptica. Mantener una actitud positiva hace que seamos más creativos a la hora de solucionar problemas y probablemente nos hace ser cognitivamente más flexibles.
LA MEDITACIÓN: también puede mejorar nuestra cognición. En los últimos años ha crecido el número de investigaciones que estudian los efectos de la meditación en los procesos cognitivos. La meditación requiere concentración y atención consciente, que como hemos dicho, tienen una gran capacidad para crear nuevos circuitos funcionales. La investigación parece respaldar esta idea y se ha relacionado la meditación con mejoras en atención, memoria, función ejecutiva, velocidad de procesamiento y cognición general.
La creatividad, denominada también pensamiento original, pensamiento creativo, inventiva, imaginación constructiva o pensamiento divergente, es la capacidad de crear, de innovar, de generar nuevas ideas o conceptos, o nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que normalmente llevan a conclusiones nuevas, resuelven problemas y producen soluciones originales y valiosas. La creatividad es la producción de una idea o un concepto, una creación o un descubrimiento que es nuevo, original, útil y que satisface tanto a su creador como a otros durante algún periodo.
EL LENGUAJE COMO PROCESO COGNITIVO: El lenguaje es la capacidad que tenemos para expresar pensamientos y sentimientos a través de la palabra. Es la herramienta que usamos para comunicarnos y para organizar y transmitir la información que tenemos sobre nosotros y sobre el mundo. El lenguaje y el pensamiento se desarrollan de forma paralela y están íntimamente relacionados, influyéndose recíprocamente.
Es la capacidad de advertir y procesar información de nuestro entorno para convertirla en conocimiento que pueda ser utilizado para realizar conductas adaptativas a nuestro medio. La inteligencia emocional es saber gestionar nuestras emociones, reconociendo lo que sentimos y lo que sienten los demás. Se acepta que hay diferentes tipos de inteligencia en los distintos ámbitos sociales.
La percepción cognitiva nos permite organizar y comprender el mundo a través de los estímulos que recibimos con los sentidos. Podemos recibir información de los cinco los sentidos clásicos como la vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto, pero también de otros no tan conocidos como la propiocepción (es el sentido que informa sobre la posición corporal, el que nos permite que tengamos un esquema corporal y sepamos qué posición ocupamos en el espacio) o la interocepción (que es la percepción de cómo están los órganos de nuestro cuerpo, y es el que nos permite saber cuándo tenemos sed o hambre). Una vez recibidos, nuestro cerebro integra toda esta información, creando un nuevo conocimiento.
la sensación es el resultado de la activación de los receptores sensoriales del organismo y de la intervención del Sistema Nervioso Central que decodifica los impulsos nerviosos procedentes de los diferentes órganos sensoriales,Así, nosotros podremos recibir un conjunto de sensaciones: colores verdes y ocres, texturas rugosas y discontinuas, rumor suave, olores, etc. El proceso de captación de sensaciones es relativamente simple y muy automático, es decir, los receptores sensoriales se activan en función de la presencia o no de estímulos sensoriales. Aunque la persona puede centrar su atención en captar determinadas sensaciones, constantemente estamos procesando mucha más información sensorial de la que normalmente somos conscientes.
La atención es el proceso que se encarga de seleccionar, vigilar y controlar aquellos estímulos que son de nuestro interés. Es imposible procesar todo nuestro entorno, por ello, este proceso focaliza sobre la información a procesar.
Este proceso básico adopta distintas formas, dependiendo de los objetivos que tenga el conjunto de tareas. De esa manera, podemos hablar de atención selectiva (filtrar información), focalización (procesamiento intenso de cierta información), cambio atencional (cambiar el foco a aspectos relevantes o novedosos de la información), atención dividida (cambiar continuamente el foco de una tarea a otra), o atención sostenida (mantener la atención durante tiempo prolongado) entre otros.
La memoria es la función cognitiva que permite codificar, almacenar y recuperar la información del pasado. La memoria es un proceso básico para el aprendizaje y es la que nos permite crearnos un sentido de identidad. Hay muchos tipos y clasificaciones de memoria, podemos hablar de la memoria a corto plazo, que es capacidad de mantener temporalmente la información en la mente (recordar un número de teléfono en la mente hasta que conseguimos apuntarlo en un papel), y de memoria a largo plazo que son todos aquellos recuerdos o conocimientos que guardamos durante mucho más tiempo. Esta a su vez puede dividirse en memoria declarativa, que incluye tanto conocimientos adquiridos mediante el lenguaje y la educación (por ejemplo, saber que la guerra civil acabó en 1939) como los adquiridos a través de experiencias personales y vivencias (recordar lo que me cocinaba mi abuela en el pueblo); o memoria procedimental, que se refiere al aprendizaje de rutinas (por ejemplo, aprender a conducir o ir en bici), memoria auditiva, memoria contextual, denominación, reconocimiento.
Los procesos mentales, o cognitivos, son la forma que tiene nuestra mente de procesar y almacenar información a partir de los datos que aportan nuestros sentidos y nuestro conocimiento adquirido. Son procesos que reciben, almacenan y manipulan todo lo que nos llega de nuestro entorno para poder comprenderlo y asimilarlo.
Los procesos cognitivos son muy variados y actúan en diferentes niveles. Podemos experimentar sensaciones corporales internas y provenientes del mundo exterior, emociones y sentimientos, deseos, motivaciones, creencias, etc. Algunos diferencian cuatro niveles en los procesos mentales: 1) recepción de información mediante la percepción, 2) almacenamiento de la información en la memoria, 3) ordenación de la información mediante creencias y 4) disponibilidad de la información para emprender una acción mediante la voluntad.
Otros autores dividen las diversas actividades cognitivas en dos tipos de procesos: los básicos y los superiores. Aunque se hace una descripción individualizada para facilitar su estudio, estos procesos tienen que interactuar entre sí para conseguir una determinada conducta, estando todos ellos íntimamente relacionados.