En la era digital, la privacidad ha quedado relegada a un concepto casi obsoleto debido al almacenamiento masivo de datos en sistemas de BigData. Este escenario ha dado lugar a la proliferación del ransomware, una forma de extorsión digital donde se roba información privada de individuos, como pedófilos, infieles y racistas, para coaccionarlos y evitar la divulgación de sus datos sensibles.