El uso de drones ha emergido como una herramienta innovadora para la vigilancia y el control de los mosquitos, incluyendo aquellos que transmiten enfermedades como el dengue. Estos vehículos aéreos no tripulados permiten la liberación precisa de mosquitos machos modificados genéticamente o infectados con la bacteria Wolbachia, lo que reduce la población de mosquitos hembra que son las responsables de las picaduras.