La caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 marcó un momento crucial en la historia del siglo XX, simbolizando el fin de la separación entre la Alemania Oriental y Occidental.
La guerra fría, el enfrentamiento que había marcado las relaciones internacionales desde el fin de la segunda guerra mundial, va a terminar de una forma que nadie se hubiera atrevido a pronosticar unos años antes, por el derrumbe y desintegración de uno de los contendientes. El fin de la guerra fría y la desaparición de la Unión Soviética son dos fenómenos paralelos que cambiarán radicalmente el mundo.
Las revoluciones de 1989 en la Europa oriental habían supuesto un acontecimiento histórico de múltiple resonancia. Por un lado, constituyeron el derrumbe de los sistemas comunistas construidos tras 1945, por otro, significaron la pérdida de la zona de influencia que la URSS había construido tras su victoria contra el nazismo y que muchos no dudaban en denominar "imperio soviético".
¿Qué fué la Perestroika?
Lo cierto es que aunque las intenciones eran quizás buenas, dicha reforma no hizo más que hundir más todavía a a la Unión Soviética que llevó a la disolución de la URSS además de afectar en los ámbitos económico, social y político.
El objetivo principal de esta reforma era el poder sacar a la economía soviética del caos y el anquilosamiento en el que estaba sumida, introduciendo mayor libertad de empresa y dejando actuar al mercado para corregir los defectos de la planificación.
El término “perestroika” significa “reestructuración” y que era lo que pretendía Gorbachov que además de querer poder convertir a la Unión Soviética en una nueva potencia económica, se intentaba que dejara atrás de una vez por todas la herencia Stalinista.
Podemos decir, o resumir, que la perestroika consistía en una serie de reformas que comenzaron a gestarse a mediados de los años 80 en Rusia para poder reactivar su economía.
Glásnost
Las deportaciones masivas de pueblos enteros sospechosos de colaborar con el nazismo durante la guerra mundial (chechenos ente ellos) despertó el sentimiento de agravio histórico y el sentimiento de desvinculación de la historia soviética.
Algo similar ocurrió con el pacto Molotov-Ribbentrop de 1939 y sus inmediatas víctimas: Polonia repartida y Estonia, Letonia y Lituania anexionadas a la URSS.
Las investigaciones sobre la "Gran Hambre" que asoló a Ucrania durante el proceso de colectivización de la agricultura en los años treinta alentaron el sentimiento nacionalista en este país.
En 1988-89 se hizo evidente que la matanza de decenas de miles de oficiales polacos en Katyn, en marzo de 1940, no fue obra de los nazis alemanes sino un frío asesinato en masa llevado a cabo por las tropas soviéticas
Caída del Muro de Berlín
En la práctica el muro, que comenzó a ser llamado “el muro de la vergüenza” por los propios alemanes, dividió a Alemania en dos partes, separando a la RDA de la República Federal Alemana, obligando a los alemanes que quedaron en la Alemania del Este a vivir bajo un férreo y opresor sistema socialista,
Los alemanes del este reaccionaron de inmediato. Miles de berlineses, tanto del lado oriental como occidental, se aglomeraron frente al muro y sus barreras fronterizas tomando parte ese mismo día en una de las acciones político-sociales más relevantes del siglo XX: la caída del muro de Berlín.
El 9 de noviembre de 1989, finalmente, y después de una breve conferencia de prensa realizada por el jefe de prensa del Partido Comunista oriental, se anunció, visado mediante, la libertad para viajar hacia la otra Alemania o a cualquier parte del mundo, elecciones libres y la configuración de un Nuevo Gobierno.
Mijaíl Gorbachov
mediatamente lanza su propuesta de reestructuración y modernización de la economía y la sociedad soviética, conocida como perestroika. Este proceso de reformas tenía una consecuencia inmediata: la URSS debía limitar sus compromisos internacionales y los crecientes gastos militares, especialmente altos desde que el Ejército Rojo se había atascado en la guerra de Afganistán.
Ingresó en el PCUS en 1952 y tras una relativamente rápida carrera en la burocracia comunista fue nombrado Secretario General del partido el 11 de marzo de 1985, tras el fallecimiento de su predecesor Chernenko