av CENTRO DE PROFESORADO DE CALATAYUD 5 år siden
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Un Centro de Profesorado pequeño, alejado de la capital (con lo que ello supone de dificultad en la captación de ponentes y, en ocasiones, de participantes en actividades formativas), necesita fijar su actividad teniendo en cuenta dos premisas:
1. El principio de complementariedad entre la red de asesorías, de forma que podamos contar con la participación y el asesoramiento de asesores y asesoras de otros Centros de Profesorado, de la misma forma que ponemos nuestros perfiles profesionales al servicio de la red de formación.
2. Los recursos disponibles hacen necesario priorizar de forma escrupulosa los recursos humanos y materiales disponibles.
Para el curso actual, independientemente de otras acciones de colaboración en red puntales, planteamos la necesidad de llevar a cabo una ruta formativa de promoción de centros en el medio rural a través del management educativo.
Se trata, de poner en valor lo que se hace en las escuelas del medio rural y comunicarlo en las redes con el fin de que las comunidades educativas y la sociedad en general sean conscientes del valor de la educación rural y rebatir la especie de que la educación de calidad se da más en centros grandes y urbanos que en escuelas pequeñas y rurales.
Para ello proponemos una ruta formativa que abarque la zona rural de los Centros de Profesorado de Calatayud, La Almunia de doña Godina y María de Ávila en su zona rural, sin excluir la incorporación de otros Centros de Profesorado, que englobe la imagen de centro desde todos los puntos de vista posibles, especialmente el promocional y que parta de la reflexión de las potencialidades, el aprendizaje de medios de difusión y la utilización educativa de las redes sociales.
Las dos premisas de las que venimos hablando a lo largo de este documento: la implicación del Centro de Profesorado de Calatayud con su territorio de referencia y los procesos de reflexión-planificación-acción participativa en cooperación, no sólo con el profesorado sino con toda la comunidad educativa nos conducen a la necesidad de realizar anualmente unos encuentros en forma de jornadas que nos sirvan para reflexionar y avanzar en los temas que nos definen como Centro de Profesorado rural.
Dos son las ideas iniciales sobre las que queremos centrar estos momentos de encuentro:
En este momento, está abierto un proceso de planificación participativa con la colaboración de toda la comunidad educativa para planificar, de cara al curso próximo, unas jornadas de educación rural y territorio, que será el punto de partida para otras acciones.
El 22 de agosto de 1933, D. Miguel De Unamuno escribió en el Ahora “Pais, paisaje, paisanaje”, comentario en el que manifestaba su malestar por no encontrar verdaderos aldeanos, paisanos, hombres del país –y del paisaje-, que conocieran la geografía (el paisaje) y a sus gentes (paisanaje). En el Centro de Profesorado de Calatayud somos sabedores que para luchar contra la poca estabilidad y éxodo del profesorado en la zona rural, es importante crear en los docentes vínculos de identidad con el entorno en el que trabajan. Conocer la zona, identificarse con las personas que lo habitan y hacer de sus centros educativos espacios agradables, en los que, de manera participativa, con toda la comunidad, hagan del centro y de la localidad un lugar que invite a volver el próximo curso.
La transformación de espacios debe ser, por un lado reflejo y mímesis del entorno que lo rodea y por otro lado, respuesta a las demandas del profesorado y sobre todo del alumnado. En su diseño debe colaborar toda la comunidad educativa y en especial el alumnado, pues así harán del centro y del entorno un lugar pensado por niños/jóvenes para niños/jóvenes.
No debemos perder de vista la visión de género. Para este curso, en el Centro de Profesorado de Calatayud queremos hacer algo muy sencillo pero que a la vez puede resultar muy enriquecedor e inspirador. Vamos a renombrar las aulas, despachos del centro… con nombres de mujeres ilustres de Calatayud y comarcas de nuestro ámbito. Junto al nombre figurará su biografía y si es posible, algún marcador de realidad aumentada que lleve a la persona interesada a adentrarse en la vida de la mujer que homenajeamos. Aunque la iniciativa sea nuestra, la elección final de los nombres será del profesorado del ámbito.
No solamente es transformar espacios, también es utilizar los ya existentes, de una manera diferente para la que fueron diseñados. Ejemplo de ello será la realización de uno o varios “emociomartes plásticos” abiertos a toda la comunidad educativa, en el que sacaremos las emociones a la calle e intervendremos de manera artística en varios rincones de la localidad. Al “sacar a la calle” el Centro de Profesorado recurrimos a las posibilidades que nos ofrecen el entorno urbano como lugar de enseñanza y aprendizaje; y le damos a la localidad y a sus habitantes el valor añadido de ser partícipes activos en la educación de sus gentes.
El CEIP Pedro Sánchez Ciruelo, de Daroca, quiere trabajar en la modificación de los espacios exteriores del centro y para ello han contado con nuestro asesoramiento. En la sesión, se les ha emplazado a tener una reunión con alumnado, padres y madres y Ayuntamiento de la localidad y conducida por el Centro de Profesorado con el fin de que entre todos hagamos nuestras aportaciones y aunque no se pueda llevar a cabo, en su totalidad, este curso sí sentemos las bases estéticas, formales y prácticas del proyecto. Es importante contar con la implicación del ayuntamiento por temas económicos y de mano de obra.
El individualismo rural se suma, a veces, con el individualismo educativo de forma que esa estanqueidad que se da en muchos centros educativos se acentúa bien porque las distintas aulas de un CRA están en distintas localidades bien porque distintos CRAs con necesidades comunes carecen de la necesaria comunicación para plantear acciones conjuntas. En este último caso, es preciso considerar que el alumnado de muchos CRAs y centros educativos próximos confluye en el mismo centro de enseñanza secundaria una vez iniciada la ESO y que, como hemos indicado en el punto 2, tienen muchos intereses comunes en cuanto a transición primaria-secundaria, planes de convivencia, igualdad e, incluso, curriculares.
Es nuestra intención crear redes intercentros y fortalecer las ya existentes de forma que puedan llevarse a cabo estrategias de actuación conjunta frente a problemas que también son conjuntos.
Los procesos participativos de reflexión – planificación – acción son vitales para que un Centro de Profesorado rural y su profesorado se imbriquen de la forma más cohesionada posible para responder a los retos que el medio plantea. La formación del profesorado tiene múltiples vertientes:
1. La parte institucional que nace de las necesidades del propio sistema y de la detección de necesidades formativas a nivel general, que se cubre desde la formación institucional y de la que somos copartícipes como agentes de formación.
2. La parte individual de cada centro, que da sentido y encauza las necesidades formativas de los equipos docentes partiendo de sus planes de mejora.
3. Y una tercera parte, que en el medio rural adquiere una importancia fundamental, en la que se atienden necesidades formativas inter-centros, de carácter territorial en ámbitos superiores al centro educativo.
Es en esta tercera vertiente donde cobran una importancia capital los procesos de reflexión – planificación - acción participativa. Sea por iniciativa del propio Centro de Profesorado sea a propuesta de los centros, se trata de analizar los problemas que afectan a nuestro territorio educativo, consensuar aquéllas fórmulas formativas que puedan contribuir a solucionarlos, llevarlas a la práctica y evaluar sus resultados.
1. Avanzar en didácticas que utilicen el territorio como recurso didáctico de forma que trabajar en el medio y sobre el medio sirva para poner en valor sus potencialidades y generar en el alumnado una conciencia transformadora de la mentalidad tradicional: el estudio como medio de salida hacia realidades urbanas por la educación como agente de cambio y desarrollo.
En este sentido hay propuestas formativas por iniciar como:
2. Proceso de diseño de unas jornadas de educación en el medio rural, que se ha iniciado con la participación de toda la comunidad educativa y que se proponen para llevar a cabo en el curso 2019-2020 y que se articularán en tres capítulos:
3. La realidad territorial como elemento inclusivo requiere que los centros próximos, que actúan en una misma localidad o en una misma zona, tengan elementos integrados o integradores que garanticen:
El proceso para arraigar el Centro de Profesorado de Calatayud en su territorio de referencia es una tarea sencillamente compleja: la simplicidad deriva de nuestro origen, porque somos herederos de una larga tradición de formación del profesorado en la zona (CEP desde 1985, CPR -con una pausa de dependencia del CIFE María de Ávila de Zaragoza que no ha hecho sino reforzar la identidad por la vía de la necesidad sentida por parte del profesorado de que era necesario reabir la entidad- hasta hoy). Hasta aquí la sencillez, la complejidad deriva de múltiples aspectos que nos sirven como pilares donde sustentarnos:
Presentarnos a estas entidades como agentes de desarrollo educativo en las acciones contra la despoblación.
El Centro de Profesorado de Calatayud nace a principios del curso 2018/2019 como evolución lógica de la antigua unidad de formación dependiente del Centro de profesorado María de Ávila. Es un renacer que recupera una identidad que clausuraron la crisis y la política de recortes educativos llevada a cabo por la anterior administración y que se argumenta por la necesidad que tiene el profesorado del medio rural en una de las extremaduras aragonesas de tener una referencia próxima en cuanto a formación se refiere, un argumento que el profesorado exhibe ante la administración y que ésta acepta como válido iniciando el proceso de reapertura en el que estamos inmersos.
Por eso, nuestra primera vocación en esta nueva vida que, esperamos, sea larga, es el compromiso con la educación en el medio rural, una especie que podría estar en vías de extinción si no existen toda una serie de compromisos que permitan su mantenimiento y su regeneración: un compromiso administrativo, que es firme y que se traduce en el mantenimiento de escuelas con seis, cinco y hasta tres alumnos; un compromiso comarcal y municipal consciente, en muchos casos, de que el cierre de la escuela es el inicio de la agonía de la localidad; un compromiso de las familias para considerar las aulas multigrado como espacios educativos beneficiosos para la educación de sus hijos; un compromiso de la sociedad en general para aportar una comunidad educativa rica y plena de vivencias que empodere y ponga en valor el hecho educativo rural, y un compromiso pedagógico por parte de los y las docentes que asumen que la escuela unitaria, multigrado, abierta al entorno y participativa es terreno abonado para una innovación que gratifica al resto de los compromisarios.
Así pues, esta nueva vida está condicionada, como todas las nuevas vidas, por sus progenitores y por el lugar de nacimiento: tener como germen la demanda del propio profesorado y la voluntad administrativa implica un compromiso ineludible con ambos. Nacer en el medio rural compromete necesariamente con la realidad que nos envuelve y que, en un resumen breve se traduce en: una cincuentena de escuelas rurales que, la mayoría, pierden alumnado en un goteo continuo, el mismo que sufren los pueblos que las albergan con su despoblación imparable; siete centros de secundaria y otras entidades educativas que se ocupan desde los idiomas hasta la educación de personas adultas pasando por la orientación o la atención temprana. Una realidad donde el rasgo más significativo es la volatilidad del profesorado que, curso tras curso cambia el rasgo pedagógico de los centros hasta en un ciento por ciento en los peores casos y en más de la mitad en los mejores.