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av Mario cs 2 år siden

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CONFRONTAR LAS PERDIDAS

La muerte de un padre puede tener un impacto significativo en la vida de un hijo adulto, afectando las relaciones personales y el sentido del yo. La responsabilidad de cuidar al padre sobreviviente y mantener la unidad familiar puede recaer en los hijos, generando cambios en la dinámica familiar.

CONFRONTAR LAS PERDIDAS

CONFRONTAR LAS PERDIDAS

Luto por un aborto espontáneo

- En un pequeño estudio, once hombres cuyos hijos murieron antes de nacer reportaron ser derrotados por la frustración y la impotencia durante y después del parto, pero muchos encontraron alivio en el apoyo a sus compañeras (Samuelsson, Radestad y Segesten, 2001). - -- En otro estudio, los padres en duelo percibieron a sus cónyuges y familias extensas como más útiles, no así a sus médicos. Algunos padres en duelo se beneficiaron de un grupo de apoyo, y para otros no fue el caso (DiMarco, Menke y McNamara, 2001). ----- Las diferencias en las formas en que hombres y mujeres sufren puede ser una fuente de tensión y división en la relación de una pareja. Las parejas que pasan por la pérdida de un embarazo pueden necesitar cuidado compasivo adicional durante un embarazo ulterior (Caelli, Downie y Letendre, 2002).

Pérdida de un hijo

Los padres, especialmente las madres, que perdieron un hijo se hallan en un gran riesgo de ser hospitalizadas por enfermedad mental. El estrés por la pérdida de un vástago puede incluso acelerar la muerte de los padres (Li, Precht, Mortensen y Olsen, 2003).

Pérdida de un padre

Los problemas de la viudez son muy discutidos; al igual que los efectos de cuidar de un padre anciano. Sin embargo, se ha puesto menor atención al impacto que genera la muerte de un padre sobre un hijo adulto, aunque dicha pérdida puede ser difícil de soportar: “No sólo implica la pérdida de la más larga e importante de las relaciones en la vida personal, sino que existe el trauma del rompimiento de un hogar donde uno creció y la pérdida del ‘amortiguador’ entre uno mismo y la muerte” (Dainoff, 1989, p. 64).
CAMBIOS EN LAS RELACIONES

La muerte de un padre con frecuencia trae cambios en otras relaciones: más intimidad o conflicto. Un hijo adulto en duelo puede suponer más responsabilidad para el padre sobreviviente y para mantener unida a la familia (Aldwin y Levenson, 2001).

CAMBIOS EN EL YO

Muchas personas en la adultez media que pierden un padre experimentan algún efecto, por lo general positivo, sobre su sentido del yo. Muchos sienten que se volvieron más asertivos, autónomos, seguros de ellos mismos y responsables cuando sus padres fallecieron.

Sobrevivir a un cónyuge

La viudez es uno de los mayores retos emocionales que puede enfrentar cualquier ser humano. Significa no sólo la pérdida de un compañero de vida, sino la alteración de prácticamente cada aspecto de la existencia del sobreviviente.

Formas y patrones de la pena

La pena es una experiencia enormemente personal. Una viuda que hable con su marido fallecido alguna vez pudo considerarse emocionalmente perturbada; ahora esto se reconoce como un comportamiento muy común y útil (Lund, 1993b). Y mientras algunas personas se recuperan rápidamente después del duelo, otras nunca lo superan por completo.
EL MANEJO DE LA PENA A TRAVÉS DEL DUELO:

Este proceso de manejo del duelo por lo general tiene lugar en tres fases, aunque, como con las etapas de Kübler-Ross, pueden variar (Brown y Stoudemire, 1983; Schulz, 1978).

3. Resolución. - La fase final llega cuando la persona en duelo renueva el interés en las actividades cotidianas.

2. Preocupación por la memoria de la persona muerta. - La segunda fase puede durar seis meses o más. El sobreviviente intenta adaptarse a la muerte, pero no puede aceptarla todavía.

1. Conmoción e incredulidad. - La primera fase puede durar varias semanas, especialmente después de una muerte súbita o inesperada.

PENA ANTICIPATORIA

La familia y los amigos de una persona que ha estado enferma por mucho tiempo con frecuencia se preparan para la pérdida mediante la pena anticipatoria, síntomas de pesar experimentados mientras la persona todavía sigue viva. La pena anticipatoria puede ayudar a los sobrevivientes a manejar la muerte real más fácilmente (Brown y Stroudemire, 1983)