Kategorier: Alle - trabajador - religioso - pueblo - infancia

av SHANTAL ARAUJO VELASCO 4 år siden

1082

Infancia y adolescencia de Jesús en Nazareth

Jesús vivió su infancia y adolescencia en Nazaret, integrándose en una extensa familia judía. No recibió educación formal ni fue discípulo de maestros de la ley, pero era considerado sabio e inteligente, memorizando oraciones y salmos.

Infancia y adolescencia de Jesús en Nazareth

Infancia y adolescencia de Jesús en Nazareth

¿Cómo vivió su infancia y adolescencia Jesús en Nazaret?


En el seno de una familia judía

La ruptura con su familia marcó su vida de profeta itinerante.
Jesús no vivió en el seno de una pequeña célula familiar junto a sus padres, sino integrado en una familia más extensa.
En Nazaret la familia lo era todo.

Vida de trabajador

Jesús fue un artesano como lo había sido su padre. Su trabajo no correspondía al del carpintero de nuestros días. Trabajaba la madera, pero también la piedra.
No fue un campesino dedicado a las tareas del campo, aunque en más de una ocasión echaría una mano a los suyos, sobre todo en el tiempo de recoger las cosechas.
En este tipo de sociedad se puede ser sabio sin dominar la lectura ni la escritura. Probablemente así fue Jesús. No asistió a ninguna escuela ni fue discípulo de ningún maestro de la ley. Fue sencillamente un vecino sabio e inteligente que escuchaba con atención y guardaba en su memoria las palabras sagradas, oraciones y salmos que más quería.

El pueblo de Jesús

Algunos de sus habitantes vivían en cuevas excavadas en las laderas; la mayoría en casas bajas y primitivas.
Era una aldea pequeña y desconocida
El poblado quedaba retirado en medio de un bello paisaje rodeado de alturas.

Ambiente Religioso

Como todos los judíos de su tiempo, confesaban dos veces al día su fe en un solo Dios, creador del mundo y salvador de Israel. En un hogar judío era lo primero que se hacía por la mañana y lo último por la noche.
Tenían una fe de carácter bastante conservador y elemental, probablemente poco sujeta a tradiciones más complicadas, pero hondamente arraigada en sus corazones.
A Nazaret no llegaban los grandes maestros de la ley. Eran los mismos vecinos quienes se ocupaban de alimentar su fe en el seno del hogar y en las reuniones religiosas de los sábados.

Entre gente del campo

La esperanza de vida se situaba más o menos en los treinta años. Eran pocos los que llegaban a los cincuenta o los sesenta.
Las familias hacían todo lo posible para alimentarse de los productos de sus tierras sin tener que depender de otros.
En las ciudades llamaban a los habitantes de las aldeas rurales am ha-arets, expresión que literalmente significa gente del campo, pero que se utilizaba en sentido peyorativo para calificar a gentes rudas e ignorantes.