Las comunidades rurales enfrentan desafíos significativos relacionados con la falta de oportunidades y los bajos ingresos, lo que a menudo conduce a la exclusión y el abandono. En este contexto, el fortalecimiento de la comunidad y el compromiso con estrategias de inclusión socioeconómica son esenciales para mejorar la calidad de vida y la supervivencia humana.