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por Lyset Mena 3 anos atrás

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ASPECTOS SOCIALES DE LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es un período crucial de desarrollo psicosocial dividido en tres fases. En la adolescencia temprana, los jóvenes, de entre 10 y 14 años, experimentan fuertes lazos con sus pares, lo que puede llevar a dudas y exploraciones, incluyendo la posibilidad de relaciones homosexuales.

ASPECTOS SOCIALES DE LA ADOLESCENCIA

ASPECTOS SOCIALES DE LA ADOLESCENCIA

ADOLESCENCIA MEDIA (Desde los 14-15 a los 16-17 años)

Busca activamente juicios y valores propios, sin aceptar ya automáticamente los de ellos. Magnifica los errores y contradicciones de estos para facilitar su proceso de desapego, llegando a descalificarlos con frecuencia. Como consecuencia de todo lo anterior y de la reacción de los padres a estos cambios, los conflictos padres-hijo alcanzan su máximo en este período.
Es esperable que en esta etapa el adolescente desafíe los valores y la autoridad de los padres y ponga a prueba sus límites. Esta es una parte necesaria del proceso de crecer, pues para alcanzar la madurez, debe separar su propia identidad de aquella de su familia y avanzar en el desarrollo de su autonomía.
Muestra un franco menor interés por sus padres, volcando su motivación y tiempo libre principalmente hacia sus pares y a actividades fuera del hogar, Pasa todo el tiempo con los amigos o a estar solo.
como negativa, favoreciendo por ejemplo que se involucre en conductas de riesgo. Las amistades y los grupos pasan a ser de ambos sexos, y frecuentemente se establecen relaciones de pareja.
La presión de los pares puede influir tanto en forma positiva –motivándolo a destacar en lo académico, deportivo, a postergar el inicio de relaciones sexuales, etc.
El Joven adopta la vestimenta, la conducta y los códigos y valores de su grupo de pares.

ADOLESCENCIA TEMPRANA (Desde los 10 a los 13-14 años)

Debe destacarse que en esta etapa existe una importante susceptibilidad a la presión de los pares.
Estas son idealizadas con frecuencia y pueden volverse intensas, generándose fuertes sentimientos de cariño hacia determinados pares, que pueden incluso llevar a dudas, temores, exploración y/o relaciones homosexuales.
El involucramiento con los pares se caracteriza por el contacto principalmente con aquellos del mismo sexo y la aparición de la necesidad de amistades exclusivas –mejor(es) amigo(s)–, con quienes divertirse y compartir secretos.
El grupo de pares adquiere mayor importancia y el adolescente se hace más dependiente de las amistades como fuente de bienestar.
El adolescente empieza a poner a prueba la autoridad, evidencia más resistencia a los límites, a la supervisión y a aceptar consejos o tolerar críticas de parte de los padres.
Aumenta el deseo de independencia del joven y disminuye su interés por las actividades familiares.

ADOLESCENCIA TARDÍA (Desde los 17-18 años en adelante)

La relación padres-hijo alcanza nuevas dimensiones, que acrecientan el desarrollo personal y familiar, cuando el clima es de verdadero respeto y valoración de las diferencias.
Ya ha alcanzado un grado suficiente de autonomía, se ha convertido en una entidad separada de su familia, y ahora puede apreciar los valores y la experiencia de sus padres, y buscar (o permitirles) su ayuda, pero en un estilo de interacción que es más horizontal.
Las amistades se hacen menos y más selectivas. Por otra parte, el joven se reacerca a la familia, aumentado gradualmente la intimidad con sus padres si ha existido una relación positiva con ellos durante los años previos.
El desarrollo social en esta etapa se caracteriza por una disminución de la influencia del grupo de pares, cuyos valores se hacen menos importantes a medida que el adolescente se siente más cómodo con sus propios principios e identidad.

El desarrollo psicosocial en la adolescencia presenta en general características comunes y un patrón progresivo de 3 fases.