Para enseñar a redactar a los niños de primaria es fundamental cuidar la ortografía y la gramática. Es esencial revisar el texto al menos una vez después de terminarlo para corregir posibles errores de concordancia, frases complejas o largas y faltas ortográficas.
En cuanto hayamos redactado nuestro texto deberemos volver a leerlo. ¡Ningún alumno deberá entregar unos ejercicios o un examen sin haberlo leído por lo menos una vez después de terminar de escribir! Los niños no son los únicos que deberían adoptar este hábito tan práctico para escribir bien, pues todos podemos equivocarnos cuando escribimos y podremos mejorar nuestro texto al repasarlo, si es posible, varias veces. Cuando leamos nuestro texto nos aseguraremos de que nuestras frases suenen bien, y que nuestro texto sea interesante y se entienda bien sin tener que leer ninguna frase por segunda vez.
Escribe diariamente
Haz de la escritura un hábito. No necesitas redactar 10 cuartillas, sino tener un diario o bloc donde todos los días escribas algunas ideas o pensamientos. Igualmente, define y cumple fechas de entrega o publicación de tus entradas.
No imponer la lectura
En este aspecto hay que ser asertivo y jugar con la recompensa para incentivar la lectura. Obligar al niño a leer un tiempo determinado cada día solo propiciará que el niño aborrezca la lectura y no la contemple como un pasatiempo o hobby.
Cuida tu ortografía y gramática.
Una vez hayas terminado de redactar es aconsejable que des, por lo menos, una segunda lectura a tu texto. Comprobarás que has podido cometer algunos errores de concordancia en las frases, que has utilizado frases algo complejas, párrafos demasiado largos o que tienes algunas faltas de ortografía. Corrige estos pequeños para que tu texto sea perfecto y la gente no se lleve una mala opinión de ti y tus conocimientos lingüísticos.
Léelo en voz alta
Este ejercicio te ayudará a notar si la fluidez y tus pausas son correctas. Si al leer una oración te quedas sin aliento, es momento de añadir un punto. Si notas que tus palabras producen cacofonía (repetición de sonidos) reemplázalas por otras.
Establecer una rutina diaria
Buscar un espacio y un tiempo diario para que el niño lo dedique a la lectura, como por ejemplo, antes de ir a dormir o justo después de la merienda. Crear un hábito y hacer que el niño ligue ese tiempo al disfrute es la mejor manera de potenciar la lectura.
Impulsar su imaginación animándole a escribir sus propias historias
Con la lectura l a imaginación se dispara y la mejor forma de dar salida a esta creatividad es promoviendo que el niño se siente a escribir. Además, con este tipo de actividades, los niños mejoran otros aspectos como la creatividad, la gramática y la ortografía, haciendo de su aprendizaje algo didáctico e interactivo.
Entender la lectura como un juego
Subtema
Una gran dificultad a la hora de fomentar la lectura ha sido que los libros siempre han estado relacionados con el mundo académico. Enseñar la cara amable y lúcida de los libros y dejar que el niño acceda al mundo de la lectura por su propio pie es la mejor manera de favorecer su inquietud por la misma. Leer debe ser un acto placentero.