La participación social y ciudadana se desarrolla en varios niveles, desde lo individual hasta lo institucional. Los factores que impulsan un mayor involucramiento de la ciudadanía incluyen aspectos estructurales como la percepción de necesidades sociales crecientes, el aumento de la confianza en las ONG, el desencanto con partidos políticos y sindicatos, más tiempo libre y una crisis de valores.