Emociones y estados de control del líder
Reconoce sus logros
Aplica tu inteligencia emocional
Estar en contacto con tus emociones, saber gestionarlas y poder comprender las de las personas a tu alrededor es fundamental. Para ser buen líder primero debes ser capaz de liderarte a ti mismo, teniendo control sobre tus pensamientos y emociones.
Ten en cuenta que el liderazgo es un proceso de aprendizaje continuo, el líder se hace a sí mismo esforzándose constantemente por mejorar y manteniendo un ambiente positivo. El optimismo y entusiasmo que inyectes a tus tareas no sólo motivará al resto de colaboradores, sino que ayudará a que surjan nuevos líderes en tu organización.
Piensa en el jefe que no te gustaría volver a tener, ¿se te viene alguien a la mente?
La mayoría en algún momento tuvo un supervisor complicado, de esos que tienen más de un “enemigo” en la oficina y al que casi nunca se le queda bien. Mientras visualizas a esa persona, intenta recordar cuáles comportamientos lo convertían en un mal jefe.
Conoce a tu equipo.
El conocimiento se vuelve aún más valioso cuando se comparte. Todo buen líder se preocupa porque los miembros de su equipo asuman nuevos retos constantemente; hacerlo no solo mejorará el rendimiento del grupo, sino que los hará crecer como profesionales y los mantendrá inspirados.
Escucha. Empieza a hablar menos y a escuchar más, así te darás cuenta del aprendizaje e ideas valiosas que puedes obtener de tus compañeros
Empieza a hablar menos y a escuchar más, así te darás cuenta del aprendizaje e ideas valiosas que puedes obtener de tus compañeros. Además, escuchar es una excelente oportunidad para recibir feedback, porque por más que creas que lo tienes todo bajo control y estás haciendo un excelente trabajo, la percepción de ellos puede ser distinta.
No seas el tipo de profesional al que le gusta llevarse el crédito por los logros de los demás. Reconoce el trabajo de otros y agradécelo, esto los hará tener mayor iniciativa y validará que están haciendo bien sus tareas.
Comparte tus conocimientos. El conocimiento se vuelve aún más valioso cuando se comparte
ser un buen líder