Desde tiempos ancestrales, los seres humanos han desarrollado diversas técnicas y conocimientos para aprovechar los recursos naturales a fin de asegurar su supervivencia. La agricultura, como un componente esencial del sector primario, implica el cultivo de la tierra para obtener alimentos, mientras que la ganadería se centra en la cría de animales para la producción de carne y otros productos derivados.