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por Ledys Mireya Gomez Matute 4 anos atrás

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Los derechos humanos están en una fase de transformación significativa en todo el mundo. El libro de Boaventura de Sousa Santos se convierte en un aporte fundamental para este debate global, abordando las críticas y los dilemas actuales con una combinación de teoría y práctica.

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Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, capitulo 2 y 3

Corporación Universitaria Rafael Núñez Facultad de ciencias Sociales y Humanas, Programa: Trabajo Social 4 semestre, Asignatura: Introducción a la Teoría de los Derechos Humanos Docente: Eylin Medina Puello Integrantes: Correa Arroyo Lina Luz Gómez Matute Ledys Mireya Matos Sánchez Rubí Méndez Palencia Álvaro Medina Jesus David Sierra Ariza Daniel

BIBLIOGRAFIA: Recuperado de PDF Derechos Humanos,, Democracia y Desarrollo

Los derechos humanos se están transformando. Al rededor del mundo proliferan los debates sobre los discursos, las prácticas y los estudios acerca del tema, hasta el punto que algunos hablan sobre “el fin de los derechos humanos”. Como no sucedía desde los orígenes del sistema internacional de derechos humanos a mediados del siglo XX. Este libro de Boaventura de Sousa Santos es un aporte fundamental al debate. Como en sus trabajos previos, Santos combina teoría y práctica, ideas y experiencia, para analizar las principales críticas y los dilemas actuales de los derechos humanos. Pero su esfuerzo crítico tiene un claro propósito reconstructivo. De lo que se trata es de enfrentar esas tensiones para formular nuevas teorías y propuestas de acción, capaces de reforzar el potencial emancipador de los derechos humanos. El resultado es un libro esencial para los estudios y las discusiones sobre el tema en América Latina, en un contexto marcado por la tensión entre desarrollo como crecimiento económico, de un lado, y los derechos humanos y la justicia ambiental, del otro. Por eso, su lectura será útil para académicos, activistas, estudiantes, periodistas y todas las personas interesadas en el futuro de estos derechos.

Capitulo 3: La tensión entre el desarrollo y el derecho de los pueblos a liberarse del Colonialismo y el Neocolonialismo

La libre determinación, de los pueblos indígenas y la tención relativa de los derechos de los pueblos a liberarse del neocolonialismo es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, y perseguir su desarrollo económico, social y cultural, y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de equidad.
El neocolonialismo busca abrir las puertas –por voluntad o por la fuerza– de los países para que las corporaciones tengan prioridad y dominen el desarrollo económico a su favor, exploten las riquezas naturales y a la población trabajadora, estableciendo una moderna esclavitud, llevándose al bolsillo grandes ganancias.

Esto implica el control de los gobiernos, subordinándolos al servicio de intereses extranjeros y de grandes corporaciones nacionales, así como la integración económica, política, militar, cultural de los países, sometiéndolos a los intereses de las potencias dominantes, tal como sucede con la integración de México a Estados Unidos de las corporaciones estadunidenses.

La tensión entre la razón de Estado y la razón de los Derechos

Razones
Es aquella que se da entre la continuidad de los derechos humanos y las discontinuidades de los regímenes políticos.

ciertamente estas tensiones se dan por el enfrentamiento de creencias como, los intereses políticos, el derecho internacional con el nacional, los pactos políticos, las luchas sociales, y la normalidad democrática con el Estado de emergencia.

También se generan a partir de las violaciones masivas de los derechos humanos, como masacres, asesinatos ,torturas y desapariciones asía los civiles por parte del régimen dictatoriales.

Asimismo estas tensiones se derivan desde la no reparación y no perdón a las victimas de un conflicto armado o desplazamiento forzado las cuales la ley no les brindan las garantías suficientes de repetición y no reparación, desde la amnistía de olvido entendiendo lo mencionado en el texto muchas de estas personas no pueden olvidar y hay otros que no quieren recordar, aquellos crímenes, pues vivieron sucesos muy dolorosos.

Es por ello que desde la comisión de amnistía del ministerio de Brasil, se busca desde las políticas publicas educativas crear una política de reparación conciliadora con un cambio simbólico y moral, esto le atribuye al estado responsabilidad ante las grandes violaciones de los derechos humanos.

Aspectos a resaltar en la tensión entre la razón de Estado y la razón de los derechos • La continuidad de los derechos humanos y la discontinuidad de los regímenes políticos • La creencia con los intereses políticos – derechos internacionales con los nacionales • Reconocimiento de la violación de los derechos humanos “crímenes de lesa humanidad” cometidas por los Estados de excepción • Es el campo de la JUSTICIA TRANSICIONAL • Resaltar la intervención de la sociedad la cual lucha por un modelo de justicia apta para los que cometen delitos y los que necesitan protección de estos un modelo justo de justicia “Argentina, Brasil y Colombia

La tensión entre Estado y antiestado

Por mucho que el pragmatismo político y el abuso del poder se hayan vuelto cotidianos, mientras exista el Estado y sea concebido como producto de una voluntad de delegación colectiva e instituido para servir a quienes dan el mandato de cumplir con esta finalidad a sus operadores, es necesario insistir en que si así está inscrito en la conciencia común y en la ley, entonces, debe ser en los hechos.
Desde hace un lustro, por lo menos, la entidad conservadora, pero industriosa y disciplinada en sus mejores momentos, dio un vuelco brutal. La violencia, la corrupción sin límites, la injusticia, el atropello a los derechos humanos, el tráfico de personas e influencias, la impunidad del dinero y el crimen organizados, la burla al respeto, atención y cuidado debidos a los gobernados por parte de los gobernantes se han impuesto de manera cruel a la sociedad. Estamos en presencia del anti-Estado.

Un lustro de crisis profunda que parece irremontable. Larga, empero, fue su gestación. Se inicia con la paradoja de un gobierno que pretende efectuar una renovación moral. En ese sexenio aparecen los primeros cárteles y sus poderosos capos, tanto que uno intentó comprar su libertad pagando la deuda externa de México. Aparecen también los primeros signos de descomposición del Ejército, una de las instituciones menos vulnerable a la infiltración del crimen organizado.