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por Camilo Gallego 2 anos atrás

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Planos de realidad, identidad virtual y discurso en las redes sociales

En los escenarios virtuales, la comunicación a menudo se manifiesta a través de monólogos, donde el emisor comparte su identidad virtual mediante afirmaciones y reafirmaciones. Esta identidad se construye a partir de preferencias, emociones, ideologías y opiniones, que son expresadas a una audiencia que puede o no interactuar.

Planos de realidad, identidad virtual y discurso en las redes sociales

Planos de realidad, identidad virtual y discurso en las redes sociales

monólogo en las redes: del yo al destinatario ausente

Los escenarios virtuales son comprendidos como lanzaderas de comunicación, no dejando de contemplar vínculos “metafísicos” que ponen en marcha la simulación de una conversación. El monólogo tiene la capacidad de fijar mediante afirmaciones y reafirmaciones las características que queremos que definan la identidad virtual que compartimos en los ciberescenarios.
La identidad virtual se construye a base de compartir preferencias, emociones, ideologías, posturas a favor o en contra de ideas o situaciones, opiniones sobre uno mismo o terceros, etc. Debido a esto, el monólogo cuenta con el protagonismo entre los otros formatos discursivos, ya que muchas veces la comunicación no tiene lugar entre dos personas, sino entre el emisor y los seguidores subscritos al perfil, que pueden o no leer o responderle.

La comunicación en las redes sociales: el caso del contexto

El contexto virtual puede concebirse como un marco argumentativo en el que se inscribe el acto de habla, la situación y las circunstancias de los hablantes. Sin embargo, habitualmente definimos las circunstancias como el conjunto de lo que está en torno a alguien, el elenco de accidentes temporales, modales, locales, etc., que rodean a una situación.
Anscombre y Ducrot (1983) en su teoría sobre la argumentación definieron el contexto como el marco argumentativo en el que se inscribe un acto de habla, la situación y las circunstancias. Ese marco argumentativo puede hacerse explícito o no, dependiendo de si quiere usarse como aclaración de lo que se va a decir. La explicitación del marco argumentativo suele tener como intención evitar un clima tenso, expresar objeciones de modo cortés, poner de relieve las circunstancias por alguna razón de peso, etc.
Quizás la referencia más conocida en lingüística sobre entorno o contexto sea la de Coseriu (1967: 313) cuando presentaba la idea de “contexto extraverbal” como el conjunto de circunstancias no lingüísticas que se perciben directamente o que son conocidas por el hablante. A partir de las aportaciones de Coseriu, que distinguió seis tipos de contextos (físico, empírico, natural, práctico, histórico y cultural)

El yo virtual, la identidad eidética y el escaparatismo.

El dintorno de un individuo queda restringido al interés del grupo o de los grupos a los que pertenece, pasando a segundo lugar como el conjunto de idiosincrasias que lo distinguen dentro de las características comunes que lo clasifican (lo ubican) en el ciberespacio.
Las redes sociales, por su parte, fomentan un nuevo concepto de individualidad basado en la pertenencia a grupos, aceptación de marcas o ideas, frecuentar locales de entretenimiento o restauración, etc. La identidad en las redes sociales está directamente vinculada a la inclusión, más que a la definición.
Nadie duda que el siglo XXI es la cuna de la simulación y de los escenarios virtuales, la infancia de la era de la información, la adolescencia de la era digital y quizás la adultez de la postmodernidad). Desde distintas perspectivas, diversos autores (Sampedro, 2004; Viscardi, 2005 & colaboradores), han estudiado el concepto de identidad virtual.

Caverna, desdoble ontológico e identidad virtual

No tan lejos del dualismo antropológico de Platón, descubrimos una fractura entre la vida que deja de vivir el cuerpo y la que vive la mente, conectada a un interfaz que le sirve de soporte social. “El biombo de los titiriteros” se ha convertido en un terminal móvil o de sobremesa, una especie de backstage desde el que elegimos por turnos el rostro más afable que presentamos al resto. La identidad se reduce a una expresión icónica
Las redes y juegos de simulación social ofrecen la posibilidad de construir un avatar o identidad electrónica para relacionarse en entornos virtuales.
Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos (Platón: Libro VII, 514b).