por Sofia Aimee 3 anos atrás
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Por ejemplo, si un estudiante autorregulado decide estudiar unos temas para una clase, hay varias cosas que deberá tener en cuenta:
– Estar consciente de cuáles son sus fortalezas y debilidades, y saber ajustar su estrategia para esto: “Me distraigo con facilidad cuando hay ruido, así que mejor estudiaré en la biblioteca”. Esto responde a la autoconsciencia y elecciones en cuanto a la estrategia de aprendizaje.
– Si es necesario, debe ajustar la meta inicial: “Tras ver mi progreso, creo que no es realista aprender esta cantidad de temas para noviembre, así que cambiaré la fecha límite”.
– Tener en mente las situaciones similares previas en las que tuvo éxito: “Yo puedo hacer esto si lo intento, como hice en el curso anterior”. Esto corresponde a la autoeficacia y atribuciones internas de control.
– Ir haciendo seguimiento al proceso: “Los exámenes de práctica no están dando los resultados que esperaba, no voy a un buen ritmo. ¿Qué puedo hacer para mejorar esto? He notado que cuando estudio de noche no me concentro tanto como de tarde; podría intentar cambiar esto”. Esto es la monitorización.
– Establecer un objetivo específico: “Quiero entender bien estos 4 temas para noviembre”. Esto es el establecimiento de metas.
– Planificar cómo llegar a ese objetivo y cómo ir monitorizando el proceso: “Iré poniéndome a prueba regularmente con exámenes de práctica para ver cómo voy con el contenido de los temas”.
– Tener deseos por aprender el contenido (motivación).
– Saber dónde buscar ayuda si la necesita: “No estoy entendiendo esta parte, voy a pedirle una tutoría al profesor”. Esto sería recursividad y también autoconsciencia del proceso.
A continuación, el estudiante deberá imitar a esta persona modelo, quien irá retroalimentando al aprendiz.
En tercer lugar, el estudiante aprenderá a realizar la actividad aprendida por sí mismo, pero todavía de una forma rígida y apegada a lo que aprendió inicialmente del experto.
Por último, el estudiante será capaz de autorregularse, pudiendo adaptar lo que ha aprendido a diferentes contextos y cambios en el ambiente. Además, podrá hacerlo de forma más automática.
– Debe tener una perspectiva de las causas y resultados del proceso (atribuciones) y la capacidad de hacer un seguimiento al proceso (automonitorización).
– Debe tener creencias positivas sobre sí mismo (autoeficacia), consciencia sobre su proceso de aprendizaje (autoconsciencia) y controlar los recursos a su disposición para el aprendizaje (recursividad).
v– El estudiante debe tomar una serie de elecciones para llegar a esa meta de forma independiente y proactiva. Por ejemplo, elecciones sobre cómo participar en el proceso, sobre su estrategia de aprendizaje elegida y sobre cuándo considera que ha logrado la meta.
– Si el estudiante encuentra problemas, podrá llevar a cabo distintos reajustes. Por ejemplo, podrá ajustar las metas, cambiarlas por otras o incluso abandonarlas, y también podría cambiar la estrategia de estudio.
Sin embargo, hay algunos puntos que son claves y que comparten estos modelos sobre cómo debe enfocarse este tipo de aprendizaje autogestivo.
Por otro lado, resalta el dinamismo del proceso, en el que los diferentes componentes influyen unos sobre otros y se retroalimentan entre sí.
Por un lado destaca el protagonismo del estudiante, ya que es él quien controla realmente el proceso de autogestión de su aprendizaje.
Características de aprendizaje personales del estudiante (autoeficacia, autoconsciencia y recursividad).
Es el concepto central del modelo y corresponde a la energía (fuerza, intensidad y persistencia) autogenerada que dirige la conducta hacia un objetivo.
Procesos autorreguladores
Procesos de aprendizaje del estudiante: atribuciones, metas y monitorización.