por Dan Kimura Kumamoto 2 anos atrás
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Ese mismo año, Hitler retiró a Alemania de la Sociedad de Naciones y reintrodujo el servicio militar obligatorio y el rearme alemán.
En 1936, Hitler envió tropas a Renania; una zona desmilitarizada que actúa como amortiguador entre Alemania y Francia. Después de una respuesta débil de Francia y Gran Bretaña, Hitler logró la ocupación de Renania, lo que animó a Hium a ser más agresivo a nivel internacional.
En 1938, la expansión alemana fue cada vez más ambiciosa cuando las tropas alemanas entraron en Austria y la anexaron a Alemania.
Alemania puso sus ojos en Checoslovaquia, concretamente en los Sudetes. Después de algunas peleas con Francia y Alemania, acordaron la anexión de los Sudetes por parte de Alemania sin la aprobación de Checoslovaquia.
En 1939, la confianza de Alemania estaba en su punto más alto y ocuparon el resto del territorio checo.
Unión Soviética
La Unión Soviética se mantuvo alejada de los asuntos internacionales, pero con la expansión alemana y japonesa, quiso retomar alianzas con Francia y Gran Bretaña. Sin embargo, esto fracasó y, en cambio, la Unión Soviética creó un pacto con Alemania, lo que permitiría a Hitler atacar Polonia sin arriesgarse a una guerra con la Unión Soviética.
Debido a esto, tanto Gran Bretaña como Francia decidieron que era suficiente y que tenían que evitar la dominación alemana de Europa. Gran Bretaña y Francia renovaron su entente y prometieron defender la independencia de Polonia contra Alemania, ambos países se rearmaron.
Crisis en Danzig
Alemania quería invadir Polonia, concretamente la ciudad de Danzig que antes era territorio alemán. Después de varias reuniones entre funcionarios polacos y alemanes, Polonia decidió resistir las demandas alemanas y luchar. Debido a esto, Hitler ordenó los preparativos para la invasión de Polonia con lazos con Japón e Italia.
En respuesta al pacto nazi-soviético, Gran Bretaña y Polonia firmaron una alianza militar formal. Hitler quería negociar con Gran Bretaña y exigió la concesión de Danzig. Después de que Gran Bretaña y Polonia se negaran, Hitler comenzó la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939.
A las 11:15 am del 3 de septiembre, Gran Bretaña declaró la guerra a Alemania después de un ultimátum ignorado. Aunque Gran Bretaña no quería ir a la guerra, consideró necesario detener el régimen de Hitler y mantener su posición en el mundo.
Gran Bretaña
Los británicos querían evitar otra guerra mundial y también lo hizo su primer ministro. Las soluciones pacíficas eran su prioridad, pero cuando Alemania comenzó a crear demandas directas que supondrían una amenaza para su seguridad, su tono comenzó a cambiar.