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Historia de la ética en la Edad Moderna

Durante la Edad Moderna, la ética experimentó diversas interpretaciones y enfoques. Hegel analizó la eticidad como la relación entre actos y comunidad. Marx, por su parte, se enfocó en el individualismo ético, rechazando la moral tradicional como una ideología al servicio de las clases dominantes, y criticó el capitalismo por su injusticia y explotación.

Historia de la ética en la 
Edad Moderna

Historia de la ética en la Edad Moderna

Habermas

Las normas morales válidas son fruto de la argumentación consensuada dentro de una comunidad ideal de vida.

Sartre

Actuar en libertad implica la elección del propio ser. Ser libre conlleva asumirse desde su propia realidad, reconocerse como nada.

Hegel

La ética adquiere el carácter de eticidad, en la que el valor moral de los actos radica en la relación entre estos y su comunidad.

Nietzsche

La moral de los esclavos ha prevalecido durante los siglos anteriores. Ahora debe prevalecer la moral de los señores; el superhombre determina su propia moral.
Los primitivos creadores de valores fueron seres fuertes, intrépidos, orgullosos de sí mismos y por ello llamaron bueno a lo que se les parecía y malo a lo que despreciaban.
En Genealogía de la moral, trazó los rasgos esenciales del proceso que ha seguido la evolución ética dentro de ese marco inesquivable de autoafirmación grupal.

Marx

Marx no elaboró ninguna filosofía moral, sino que se ocupó de los problemas éticos.
Marx denuncia la moral junto con la religión y la filosofía como formas de ideología tras las cuales solo existen los intereses de las clases dominantes; y por otro lado, toda su crítica radical del capitalismo por su naturaleza explotadora, alienante e injusta con la mayoría y particularmente con los más débiles.
El individualismo ético es el punto de vista según el cual solo existen sujetos éticos individuales y ninguna colectiva tiene relevancia ética en tanto que sujeto.

Kant

Kant sintetiza el principio práctico del obrar moral en la siguiente máxima: “Obra siempre de tal manera que la máxima de tu voluntad pueda valer como principio de legislación universal”
El interés de Kant consiste en darle a la moral un fundamento autónomo: que la moralidad misma del hombre constituya el fundamento último y la fuente original de todas las normas morales.
Las éticas anteriores tenían un fundamento heterónomo, es decir, fundamentaban sus exigencias o principios en realidades exteriores y trascendentales al hombre mismo: Dios, laidea del bien, la naturaleza, la felicidad.
En el siglo XVIII, Kant elabora un nuevo modelo ético, que busca un fundamento diferente para la vida moral.

Kierkegaard

Uno de los máximos responsables de que hoy identifiquemos la ética con la autodeterminación y reservemos para la estética o la religión el cumplimiento de una más satisfactoria autorrealización del sujeto.
La vida ética no solo consiste en adoptar la norma, en lo universal que nos hace autónomos, sino en someterla a un hábito, a una repetición sin la cual ni hay tarea moral que se cumpla ni, esencialmente, sujeto moral que se precie de su individualidad.
Lo ético, que no es ni mucho menos monotonía, es lo que permite al individuo subsistir en el tiempo y conservarse como tal, en lugar de detenerse en una abstracta e impersonal autodeterminación.

Schopenhauer

La vida ética está en la compasión, en el hecho de reconocer en el otro el dolor propio y evitarlo a toda costa.
Si los hombres llevaran una vida feliz o al menos no patentemente miserable, jamás se les ocurrirá algo tan embarazosamente antinatural como ponerse a pensar.
La moral, es decir, la sección práctica de su filosofía, no es un apéndice sino la razón misma del sistema. Su punto de partida es una intuición supremamente clara e indiscutible.
El pensamiento está todo orientado a buscar un remedio eficaz contra el sufrimiento y la desolación de la vida.

Hume

La moralidad es una cuestión práctica, es decir, mueve a la acción; la razón, en cualquiera de sus dos operaciones, es incapaz de causas de acción; por tanto, la moralidad no es una cuestión de la razón exclusivamente.

Montesquieu

La paradoja es que, por un lado, los hombres no pueden vivir sin normas éticas, y que ese cumplimiento de las normas, esa virtud, o es espontánea o no lo es; pero, por otro, la naturaleza humana tiende al egoísmo y a satisfacer sus propios deseos por encima de las obligaciones morales con el prójimo.
Por naturaleza, el hombre es un ser moral, que no puede vivir sin unos principios significativos que orienten su acción, y precisamente en esa realización de su naturaleza considera Montesquieu que radica la felicidad.

Locke

Locke aborda el conocimiento moral en el que indica hasta qué punto y de qué manera los humanos son capaces de conocer la ley natural, puesto que el conocimiento humano es limitado y deficiente. Dios ha de ser el fundamento último de la ley natural.
En cuanto al hombre, ha de desconfiar de las opiniones y tradiciones recibidas, los contenidos de esa ley.
La ética se ocupa de grandes cuestiones: problemas de fundamentación y legitimación, primeros principios, razones últimas de la obligación moral.
La moral, en cambio, se refiere a las costumbres, a las formas de ser aconsejables para una mejor convivencia.

Espinoza

La ética se explica y se vive de acuerdo con los caracteres de la geometría. El conocimiento es la verdadera potencia que libera al ser humano de las pasiones.
Sus tres obras más importantes se titulan Ética, Tratado teológico-político y Tratado político.

Hobbes

Es creador de la filosofía política y de la filosofía social como ciencia. En cuanto a la ley natural, esta sería el precepto obtenido mediante la razón en orden a preservar la propia vida.
En el Leviatán, Hobbes enumera hasta dieciséis leyes naturales, de las cuales las más significativas se refieren al mandamiento de la paz, a la legítima defensa y al respeto de los pactos.

Leibniz

El mal moral se produce cuando el ser humano renuncia a los fines para los cuales está destinado.
Vivimos en el mejor de los mundos posibles.

Descartes

Esforzarse más es vencerse a sí mismo más que a la suerte, y por cambiar los deseos personales más bien que el orden del mundo.

Del siglo XV hasta el siglo XVIII

Con la ética del Renacimiento, de la Ilustración y la ética especialmente de la filosofía alemana: desde Kant hasta Hegel y Herbart.