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realizată de Karen Pérez 3 ani în urmă

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La morfología flexiva

La morfología flexiva se centra en el estudio de las marcas flexivas de las palabras y las categorías gramaticales que estas implican. Las desinencias de modo, tiempo, número, persona y vocal temática son fundamentales en el verbo, mientras que los morfemas de género y número son esenciales en el sustantivo, adjetivo y pronombre.

La morfología flexiva

La morfología flexiva

Paradigma flexivo

Son las distintas formas que puede tener una palabra, es decir la variación de su naturaleza gramatical y sus efectos en las relaciones sintácticas de concordancia.
Entre las variaciones que se pueden destacar están el género, numero, persona, tiempo, modo, caso.
Por ejemplo: Niño, niños, niña y niñas. Canto, cantaría, Cantase, cantaron y cantado.

En este sentido, cabe aclarar que no todas las palabras admiten flexión. Las preposiciones, las conjunciones, los adverbios no admiten flexión por lo tanto no tienen estructura morfológica ni tampoco expresan informaciones flexivas.

El significado que transmiten los morfemas flexivos es de tipo gramatical y está relacionado en muchos casos con el contexto en el que aparece la palabra.

Podemos distinguir dos tipos de flexión: la que es estrictamente sintáctica porque proporciona información de tipo sintáctico y la que añade un determinado significado de tipo gramatical al significado léxico de la palabra.
Flexión inherente: proporciona significados de tipo gramatical al nombre o al verbo al que se une. Dos son las categorías inherentes que acompañan al nombre a través de la flexión: el número y el género
Flexión contextual: en este caso en los nombres de las lenguas de caso señala la función sintáctica que ese nombre cumple en la oración.

Flexión verbal: tiempo, aspecto y modo

Aspecto
Es una categoría gramatical asociada al verbo que señala el tiempo interno de la acción.
Modo
Es una categoría asociada al verbo que señala el tipo de acto de habla que el verbo expresa: la actitud del hablante con respecto al enunciado.

Otros ejemplos de esta clase:

Persona

Aporta matices de contenido semántico a la acción señalada por el verbo, sino una categoría gramatical asociada a la flexión del verbo que indica cuál es el sujeto. Es una categoría directamente vinculada a la concordancia.

Caso

Es la información que nos proporciona el sufijo flexivo nos permite saber la relación semántica, señalada por la estructura de dependencias, que se establece entre el ~ verbo y el nombre, o entre dos nombres.

Tiempo
Se asocia con el verbo y que está marcada en muchas lenguas del mundo con la flexión. Dichos tiempos son presente, pasado y futuro.

Flexión nominal: Género y número

Son afijos que no inciden en el significado primario o nocional de una palabra, es decir, no crean palabras a partir de otras, sino que contribuyen a formar su paradigma o conjunto de formas flexivas o accidentes gramaticales
Número

Por ejemplo: Morfema –s: la casa > las casa–s, la calle > las calle–s, el gato > los gato–s Morfema –es: la pared > las pared–es, el animal > los animal–es, el mes > los mes–es, el inglés > los ingles–es Morfema –Ø: el lunes > los lunes–Ø, el cumpleaños > los cumpleaños–Ø, la dosis > las dosis–Ø

Las palabras que acaban en consonante añaden normalmente el morfema –es para formar el plural, el papel, los papeles, a menos que esta consonante sea una s, caso en el que se le añade un morfema cero –Ø siempre y cuando se encuentre en una sílaba átona, el lunes/los lunes.

En español existen tres morfemas de número. El más habitual es el morfema –s, que se añade generalmente para formar el plural de las palabras que terminan en vocal, la casa, las casas.

Género

Por ejemplo, algunas profesiones que contienen el sufijo –ista han pasado hoy día a presentar ambos géneros, el/la accionista, el/la artista, el/la taxista.

La noción de género no es siempre estática, sino que un mismo sustantivo puede variar en cuanto a su género o puede acabar empleándose con ambos, transcurrido cierto tiempo.

Aunque un alto porcentaje de sustantivos que terminan en –a son femeninos y en –o masculinos, esta regla no se puede generalizar, porque existen excepciones incluso en palabras de uso común como la mano o el mapa.

La noción de género masculino o femenino en español es fundamentalmente gramatical. El género es meramente casual en muchas palabras, como en los ejemplos: el puente, la fuente.

Estudia las marcas flexivas de las palabras y las categorías gramaticales que comportan dichas marcas.

Identificamos las siguientes formas:
Las desinencias de modo, tiempo, número, persona y vocal temática en el verbo.
Son flexivos los morfemas de género y número en el sustantivo, adjetivo y pronombre.