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по María P 4 лет назад

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ESTADIO SENSORIOMOTOR (DE 0 A 24 MESES)

Durante los primeros 24 meses de vida, los bebés atraviesan varias etapas cruciales para su desarrollo cognitivo y motor. Inicialmente, en el primer mes, ejercitan reflejos básicos como la prensión y succión, esenciales para su adaptación al entorno.

ESTADIO SENSORIOMOTOR (DE 0 A 24 MESES)

ESTADIO SENSORIOMOTOR (DE 0 A 24 MESES)

En este periodo, la adquisición de conocimiento se basa en las acciones que el niño realiza sobre el medio y sobre sí mismo. El aprendizaje está basado en la actividad que se realice a través de la acción y la percepción de los órganos de los sentidos.

Subestadio 1 o de mecanismos reflejos (de 0 a 1 mes)

La ejercitación de los reflejos de prensión y succión permitirá crear un sustento que le capacitará para adaptarse al medio en el que viven; además le ayudará a descubrir nuevas sensaciones.
El bebé irá ejercitando los reflejos con los que ha nacido. Algunos desaparecerán y otros como el de succión y prensión, empezarán a adquirir una gran importancia.

Subestadio 2 o reacciones circulares primarias (de 1 a 4 meses)

Los esquemas de succión y prensión se consolidan y los niños se llevan la mano o los objetos a la boca de forma voluntaria, y es posible que cojan un objeto que están mirando, siempre que esté también dentro de su campo visual.
Los bebés efectúan reacciones circulares primarias, que son los actos casuales que les resultan interesantes y los repiten y que están centradas en el cuerpo.
Aparecen las primeras adquisiciones, lo que implica un aprendizaje. Sin embargo, las acciones todavía no tienen intencionalidad.

Subestadio 3 o reacciones circulares secundarias (de 4 a 8 meses)

Estas conductas no son todavía intencionadas porque la finalidad de la acción no está planificada con anticipación.
Repiten acciones que han realizado con los objetos para intentar que se produzca el mismo resultado que obtuvieron al realizar por primera vez esa acción.
Existe coordinación oculo-manual, lo que permitirá una constante exploración de los objetos y de las personas que tienen a su alrededor.
Se aprecia un interés mayor por lo que ocurre a su alrededor y no tanto por las acciones que se dirigen hacia su propio cuerpo: es lo que llamamos reacciones circulares secundarias.

Subestadio 6 o de nuevas representaciones mentales (de 18 a 24 meses)

Aparece la imitación diferida.
En esta etapa comienza a aparecer el juego simbólico, en el que el niño sustituye un objeto por otro que lo representa.
El objeto se vuelve permanente; es decir, el niño es capaz de encontrar un objeto que esconden delante deél, aunque no haya visto dónde se escondía el objeto.
La invención supone una reorganización de los esquemas existentes.
El niño es capaz de encontrar soluciones a las dificultades que se plantean sin utilizar el método ensayo-error, sino que utiliza la invención como método para encontrar soluciones a las dificultades.

Subestadio 5 o de los nuevos descubrimientos (de 12 a 18 meses)

Con respecto a la permanencia de los objetos, los niños son capaces de buscar elementos que se les han escondido en su presencia, en el último escondite, pero solo si ven su trayectoria.
Existe una evolución de la casualidad, como se aprecia en las conductas de arrastre o de soporte.
El niño, de manera intencionada, realizará modificaciones en sus acciones para ver qué es lo que ocurre. Así descubrirá nuevos medios con los que solucionar los conflictos. Pero esa solución es fruto de la casualidad.
Este estadio supone la participación activa de los niños en el desarrollo cognitivo. Participan gracias a las reacciones circulares terciarias que implican el descubrimiento de medios nuevos, a partir de la experimentación.

Subestadio 4 o de la coordinación de los esquemas de conducta previos (de 8 a 12 meses)

Es capaz de buscar un objeto que ha desaparecido en su presencia, pero si cambiamos el objeto de un lugar a otro y lo escondemos, lo buscará en el primer sitio en el que desapareció.
Aparece la intencionalidad, porque puede separar los medios de los fines y es capaz de anticipar acontecimientos porque reconoce los indicios y señales, así como sus causas.
Ya existe permanencia del objeto y el niño será capaz de buscar un objeto que ha desaparecido en su presencia.
Se produce una coordinación de los esquemas secundarios con el objetivo de conseguir un fin, y empiezan a comprender que existen relaciones entre las cosas.