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av Angelica Quintero för 2 årar sedan

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ANGELICA QUINTERO MARTINEZ EL ARTE DE LA GUERRA

El arte de la guerra se centra en la importancia de una estrategia bien planificada y la necesidad de evitar prolongar las operaciones militares, ya que esto puede desanimar a las tropas y agotar los recursos.

ANGELICA QUINTERO MARTINEZ                                 EL ARTE DE LA GUERRA

ANGELICA QUINTERO MARTINEZ EL ARTE DE LA GUERRA

13. Sobre la concordia y la discordia

La información previa solo debe obtenerse de personas; personas que conozcan la situación del adversario.
Existen cinco clases de espías y se encuntran entre: Los espías nativos (los habitantes de una localidad), los espías internos (los funcionarios enemigos), los agentes dobles (los espías enemigos), los espías liquidables (transmiten falsos datos a los espías enemigos) y los espías flotantes (vuelven para traer sus informes).

Al atacar debemos conocer previamente la identidad de los generales que defienden, sus aliados, sus visitantes, sus centinelas y sus criados; con ayuda de los espías.

Debes conocer primero los talentos de los servidores del enemigo, y así puedes enfrentarte a ellos según sus capacidades.

12. Sobre el arte de atacar por el fuegoTopic principal

Existen cinco clases de ataques mediante el fuego: quemar a las personas, quemar los suministros, quemar el equipo, quemar los almacenes y quemar las armas.
La utilización del fuego para apoyar un ataque significa claridad y la utilización del agua para apoyar un ataque significa fuerza.

Un gobierno no debe movilizar un ejército por ira, y los jefes militares no deben provocar la guerra por cólera.

El fuego se utiliza para sembrar la confusión en el enemigo y así poder atacarle.

11. Sobre las nueve clases de terreno

Terreno de dispersión: Intereses locales luchan entre sí en su propio territorio. Territorio ligero: Penetras en un territorio ajeno, pero no lo haces en profundidad. Terreno clave: Puede resultarte ventajoso si lo tomas, y ventajoso al enemigo si es él quien lo conquista. Terreno de lucha inevitable: Enclave defensivo o paso estratégico. Terreno de comunicación: Territorio igualmente accesible para ti y para los demás.
Terreno de intersección: Está rodeado por tres territorios rivales o si eres el primero en ocuparlo, la gente tendrá que ponerse de tu lado. Terreno difícil: Penetras en profundidad en un territorio ajeno. Terreno desfavorable: Montañas boscosas, desfiladeros abruptos u otros accidentes. Terreno cercado: El acceso es estrecho y la salida es tortuosa. Terreno mortal: Si sólo puedes sobrevivir en un territorio luchando con rapidez.

Rapidez de acción: Factor esencial aprovechándose de los errores de los adversarios, desplazándose por caminos que no esperan y atacando cuando no están en guardia.

Consolida la energía más entusiasta de tus tropas, ahorra las fuerzas sobrantes, mantén en secreto tus formaciones y tus planes, permaneciendo insondable para los enemigos, y espera a que se produzca un punto vulnerable para avanzar.

Los combatientes se encuentran en peligro de muerte, todos tienen el mismo objetivo, y, están alerta sin ser estimulados, tienen buena voluntad de manera espontánea y sin necesidad de recibir órdenes.

Ocho formaciones clásicas de batalla dice: "Haz del frente la retaguardia, haz de la retaguardia el frente, con cuatro cabezas y ocho colas. Haz que la cabeza esté en todas partes, y cuando el enemigo arremeta por el centro, cabeza y cola acudirán al rescate."

Tener éxito tanto con tropas débiles como con tropas aguerridas se basa en la configuración de las circunstancias.

El general debe ser tranquilo, reservado, justo y metódico. Examina las adaptaciones a los diferentes terrenos, las ventajas de concentrarse o dispersarse, y las pautas de los sentimientos y situaciones humanas. Sus planes son tranquilos y absolutamente secretos para que nadie pueda descubrirlos. Su mando es justo y metódico. Puede mantener a sus soldados sin información y en completa ignorancia de sus planes. Cambia de lugar su emplazamiento y se desplaza por caminos sinuosos.

10. Sobre la topología

Terreno accesible: Sé el primero en establecer tu posición. Terreno difícil de salir: Es limitado y al entrar tiene muchos problemas salir de allí. Terreno neutro: Es desfavorable para ambos bandos. Terreno estrecho: Si eres el primero en llegar, debes ocuparlo totalmente y esperar. Terreno accidentado: Si eres el primero en llegar, ocupar los puntos favorables. Terreno abierto: La fuerza del ímpetu se encuentra igualada
Se produce revuelta cuando los generales son débiles y carecen de autoridad, cuando las órdenes no son claras, cuando oficiales y soldados no tienen solidez y las formaciones son anárquicas.

Estas son las seis maneras de ser derrotado: 1. No calibrar el número de fuerzas; 2. Ausencia de un sistema claro de recompensas y castigos; 3. Insuficiencia de entrenamiento; 4. Pasión irracional; 5. Ineficacia de la ley del orden; y 6. El fallo de no seleccionar a los soldados fuertes y resueltos.

Tener claras las capacidades de los soldados y cuales son las áreas en las que se desenvuelven mejor dependiendo la situación.

9. Sobre la distribución de los medios

Las maniobras militares son el resultado de los planes y las estrategias en la manera más ventajosa para ganar. Determinan la movilidad y efectividad de las tropas.
Aléjate de las condiciones desfavorables y analiza los puntos para escoger los más faborables y no ser sorprendido por el enemigo.

Cuida de la salud física de tus soldados con los mejores recursos disponibles. Tener presente el peligro que siempre los rodea.

Estar atento del lenguaje corporal y verbal del emisario puede revelar las verdaderas intenciones de las tropas enemigas.

Identificar actitudes negativas de parte de los soldados significa que sus superiores a cargo ya no se estan tomando como un autoridad capaz.

El enemigo que actúa aisladamente, que carece de estrategia y que toma a la ligera a sus adversarios, inevitablemente acabará siendo derrotado. Nuestro plan siempre debe tener una estrategia de retirada o posterior al ataque en caso de emergencias.

Los soldados deben ser dirígidos mediante el arte civilizado (humanidad) y unifícalos mediante las artes marciales (reglamentos). Las órdenes son razonables y justas, se dan de manera clara, sencilla y consecuente a las tropas, éstas las aceptan.

8. Sobre los nueve cambios

El General no debe levantar su campamento en un terreno difícil. No permanezcan en un territorio árido ni aislado. Si es un terreno cerrado, prepara alguna estrategia y muévete (lugares escarpados que te rodean por todas partes) y si es un terreno mortal, lucha.
Cada ruta debe ser estudiada para que sea la mejor. La persona inteligente cuando considera el beneficio, su acción se expande; cuando considera el daño, sus problemas pueden resolverse.

Si la campaña cambia conforme a la percepción del momento, la ventaja no cambia y los enemigos siguen por debajo. No existe una estructura permanente debido a que necesitamos adaptarnos al ímpetu de las fuerzas.

Norma general de las operaciones militares: No importa que el enemigo no acuda, sino confiar en tener los medios de enfrentarte a él.

7. Sobre el enfrentamiento directo e indirecto

La dificultad de la lucha armada es hacer cercanas las distancias largas y convertir los problemas en ventajas.
Un ejército perece si no está equipado, si no tiene provisiones o si no tiene dinero. A menos que utilices guías locales, no puedes aprovechar las ventajas del terreno. Sólo cuando conoces cada detalle de la condición del terreno puedes maniobrar y guerrear.

Una fuerza militar se usa según la estrategia prevista, se moviliza mediante la esperanza de recompensa, y se adapta mediante la división y la combinación.

Para ocupar un lugar, divide a tus tropas. Para expandir tu territorio, divide los beneficios. En localidades donde la gente no tiene mucho, es necesario dividir a las tropas en grupos más pequeños para que puedan tomar en diversas partes lo que necesitan.

Regla general de la lucha armada: Actúa después de haber hecho una estimación.

Unificar los oídos y los ojos de los soldados significa hacer que miren y escuchen al unísono de manera que no caigan en la confusión y el desorden. La señales se utilizan para indicar direcciones e impedir que los individuos vayan a donde se les antoje.

La mente original es firme, la energía fresca es victoriosa. Cuando una persona de débil corazón se dispone a combatir se siente animado y poseído por la energía, pero cuando entra en batalla esta energía se desvanece, se detendrá, estará asustado y se arrepentirá de haber comenzado.

Dominar el corazón: A menos que tu corazón esté totalmente abierto y tu mente en orden, no puedes esperar ser capaz de adaptarte a responder sin límites, a manejar los acontecimientos de manera infalible, a enfrentarte a dificultades graves e inesperadas sin turbarte.

La regla general de las operaciones militares es no enfrentarse a una gran montaña ni oponerse al enemigo de espaldas a esta.

Si el enemigo huye no se lancen a su persecución, ya que, podría ser una emboscada. Si abandonan de repente sus provisiones, estas han de ser probadas antes de ser comidas, por si están envenenadas.

6. Sobre lo lleno y lo vacío

Los buenos guerreros que anticipan, se preparan y llegan primero al campo de batalla; los que llegan de últimos al campo de batalla son los que improvisan y entablan la lucha hasta que quedan agotados.
Ataca inesperadamente y en donde menos se lo esperen. Para tomar infaliblemente lo que atacas, ataca donde no haya defensa. Para mantener una defensa infaliblemente segura, defiende donde no haya ataque.

Sé extremadamente sutil, discreto, hasta el punto de no tener forma. Sé completamente misterioso y confidencial, hasta el punto de ser silencioso. Las situaciones militares se basan en la velocidad.

Haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario para ti y viceversa. Esto es inducir al enemigo a efectuar una formación. Una vez vista la formación del adversario, concentras tus tropas contra él. Como tu formación no está a la vista, el adversario dividirá seguramente sus fuerzas.

Cuando estás fuertemente atrincherado y no dejes filtrar ninguna información sobre tus fuerzas, sal afuera sin formación precisa, ataca y conquista de manera incontenible.

Incitar al enemigo a la acción para descubrir cuál es el esquema general de sus movimientos, sus hábitos de comportamiento de ataque y de defensa. Indúcelos a adoptar formaciones específicas, para conocer sus puntos flacos. Estos son métodos para confundir y perturbar.

El punto final de la formación de un ejército es llegar a la no forma, no dejas huellas que puedan ser seguidas, los informadores no encuentran ninguna grieta por donde mirar y los que están a cargo de la planificación no pueden establecer ningún plan realizable.

Determinar los cambios apropiados: No repetir las estrategias previas para obtener la victoria. Genio: La capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose según el enemigo.

5. Sobre la firmeza

Gobernar sobre muchas personas como si fueran poco es una cuestión de dividirlas en grupos o sectores: es organización. Batallar contra un gran número de tropas como si fueran pocas es una cuestión de demostrar la fuerza, símbolos y señales.
Lograr que el ejército sea capaz de combatir contra el adversario sin ser derrotado empleando métodos ortodoxos (ataques directos) o heterodoxos (ataques indirectos). Manipular las percepciones de los adversarios sobre lo que es ortodoxo y heterodoxo, y después atacar inesperadamente.

El orden y el desorden son una cuestión de organización; la cobardía es una cuestión valentía y de ímpetu; la fuerza y la debilidad son una cuestión de la formación en la batalla. Nada está fijado en las leyes de la guerra: estas se desarrollan sobre la base de la fuerza de ímpetu (percepción).

Los buenos guerreros son capaces de escoger a la mejor gente y desplegarlos adecuadamente. Con entusiasmo, convicción, orden, organización, recursos, compromiso de los soldados, tienes la fuerza del ímpetu. Así es posible asignar a los soldados por sus capacidades, habilidades y encomendarle deberes y responsabilidades adecuadas.

El valiente puede luchar, el cuidadoso puede hacer de centinela, y el inteligente puede estudiar, analizar y comunicar. Cada cual es útil.

4. Sobre la medida en la disposición de los medios

Los guerreros expertos se hacían invencibles (se conocían así mismos) y aguardaban para descubrir (para atacar) la vulnerabilidad de sus adversarios.
La victoria puede ser percibida, pero no fabricada.

La defensa (borrar los rastros) es para tiempos de escasez, el ataque (movimientos rápidos) para tiempos de abundancia. De esta manera pueden protegerse.

Las victorias de los buenos guerreros son debidas a haberse situado previamente en una posición de poder, ganar con seguridad, imponiéndose sobre los que ya han perdido de antemano.

Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después. Esta es la diferencia entre los que tienen estrategia y los que no tienen planes premeditados.

El ejército está estrictamente disciplinado, hasta el punto en que los soldados morirían antes que desobedecer. Camino y sus leyes: No destruir todo a su paso y respetar ciertos lineamientos.

Las reglas militares son cinco: El terreno da lugar a las mediciones, éstas dan lugar a las valoraciones, las valoraciones a los cálculos, éstos a las comparaciones, y las comparaciones dan lugar a las victorias.

3. Sobre las proposiciones de la victoria y la derrota

Es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo. Capturar a sus soldados para conquistarlos y dominar a sus jefes.
Los que consiguen que se rindan impotentes los ejércitos ajenos sin luchar son los mejores maestros del Arte de la Guerra.

La peor táctica es atacar a una ciudad, sólo se lleva a cabo como último recurso. Nunca se debe atacar por cólera y con prisas. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan.

La victoria completa se da cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia.

Triunfan aquellos que: Saben cuándo luchar y cuándo no. Saben discernir cuándo utilizar muchas o pocas tropas. Tienen tropas cuyos rangos superiores e inferiores tienen el mismo objetivo.

Los generales son lo suficientemente competentes y no son limitados por los gobiernos civiles. Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro.

2. Sobre la iniciación de las acciones

Nunca es beneficioso para un país dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo.
Las tropas están desanimadas, todos agotados y los suministros son escasos, podrían ver la oportunidad de sublevarse.

Donde hay grandes recompensas hay hombres valientes, sin embargo, es muy importante tratar bien a los soldados y préstales atención, también a los soldados prisioneros, para conseguir que en el futuro luchen para ti.

El que está a la cabeza del ejército está a cargo de las vidas de los habitantes y de la seguridad de la nación.

1. Sobre la evaluación

La guerra es de vital importancia, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio se debe reflexionar seriamente y manejarse bien.
Hay cinco factores fundamentales: La doctrina (hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante), el tiempo (la noche y el día, el frío y el calor, y el cambio de las estaciones), el terreno (distancias, y a dónde es fácil o difícil desplazarse), el mando (sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y disciplina) y la disciplina (la organización, rangos entre los oficiales, la regulación de las rutas de suministros, y la provisión de material militar).

Poner cebos para atraer al enemigo, golpearlo cuando está desordenado como factor sorpresa del ataque y usar sus falencias en su contra; son algunas de las estrategias que se pueden usar contra el enemigo.

Aquel que no realiza cálculos tiene menos oportunidades de victoria.