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arabera dario ñauñay 6 years ago

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11 poderes del líder

Explorar el liderazgo a través de ejemplos como Pep Guardiola destaca la importancia de la curiosidad y la búsqueda constante de conocimiento. Guardiola, respaldado por su carrera en el F.

11 poderes del líder

En el fútbol, el gol es la gran metáfora del éxito. El gran objetivo. Y cuando se consigue, la sensación de culminación dispara las reacciones físicas. ¿O han visto a alguien cansado después de marcar un tanto? Visto así, el gol es el mejor preparador físico que hayamos conocido. También dispara las reacciones psíquicas, porque la sensación de felicidad se proyecta sobre el estado de ánimo general. ¿O han visto a algún equipo deprimido después de conseguir un tanto? Visto de esta manera, el gol es, además, el mejor psicólogo. Pero la sensación de plenitud alcanza, además, a los socios, a los aficionados, a los directivos. ¿O han visto a alguien que se quede fuera de los abrazos cuando se mete un tanto? Visto así, el gol, aunque sea una obra individual, es también el mejor socializador. El gol, en definitiva, no tiene EL PODER DEL ÉXITO 1 173 defectos para el equipo que lo marca.

11 poderes del líder por Jorge Valdano

poder del exito

poder de la simplecidad

No hay nada más difícil de definir que la simplicidad. Y, posiblemenle, nada más difícil de conseguir. Porque, de algún modo, alude a la perfección. No importa que hablemos de arte, de empresa o de deporte; la simplicidad nos remite a la pureza máxima. A lo esencial. Quise empezar este capítulo prestigiando el concepto (al emparentar «simplicidad» con «perfección») ante el peligro de que confundamos «simplicidad» con «facilismo». Sería terrible que cayéramos en ese error. No hay camino más arduo que el que conduce a la simplicidad. Para quedarse con lo sustancial, hace falta despojar una obra, una acción o un discurso de todo lo accesorio, y eso solo lo consiguen los más inteligentes.

poder del vestuario

poder del talento

Pero me gustaría aclarar que no todo depende de la naturaleza. Claro que hay talentos espontáneos que resuelven los problemas con total naturalidad. Pero si esta regla fuera la única relevante, solo habrían jugado al fútbol Di Stéfano, Puskas, Pelé, Cruyff, Beckenbauer, Maradona, Zidane, los 134 1 LOS 11 PODERES DEL LÍDER Ronaldos (el gordo y el flaco), Messi y fenómenos de esa categoría, a los que la madre naturaleza dotó de una gran ventaja inicial. Sin embargo, existe también un talento forzado por la sencilla razón de que la necesidad hace a la virtud. Eso lo entendí hace mucho tiempo leyendo unas declaraciones de Elías Figueroa, un inolvidable defensor chileno que jugó a caballo entre las décadas de los sesenta y setenta, de una gran elegancia y riqueza técnica. Cuando fue traspasado al fútbol uruguayo, se vio obligado a cambiar algunos hábitos.

poder de la humildad

Pero la humildad también se entrena. Aún hoy existen equipos en el fútbol inglés en los que los jugadores deben lavarse la ropa y lustrarse las botas como parte de una vieja y sana tradición. En la Selección Argentina de la que yo formé parte, los jugadores ayudábamos a recoger el vestuario, trasla- -dábamos los baúles de utilería al autobús después de los partidos, o cumplíamos con cualquier pequeña obligación que llevara implícita el respeto al otro. Carlos Salvador Bilardo fue siempre uno de esos entrenadores que hacen de la austeridad una obligación comunitaria. En el Mundial de México 1986, algunos de los jugadores del equipo, y él mismo, vivimos durante los cuarenta y cinco días de concentración en unas habitaciones prefabricadas que estaban muy lejos de ser lujosas. Era imposible descubrir algún síntoma de prosperidad en nuestra manera de vestir, de viajar, de vivir...

poder de la curiosidad

Cuando Pep Guardiola decidió ser entrenador, estaba avalado por una larga carrera profesional y por certezas cartesianas sobre sus gustos futbolísticos. Pero antes de 108 I LOS 11 PODERES DEL LÍDER sentarse en un banquillo jugó en Italia para mirar, desde la cultura opuesta, el juego de largas posesiones de balón en el que se había educado durante toda su carrera en el F.C. Barcelona. La experiencia no le aportó gran cosa a su discurso central, pero aprendió detalles menores que un entrenador no puede despreciar. Más tarde aceptó y honró una oferta para jugar en Los Dorados de Culiacán (México) por el interés profesional de ser entrenado por Juan Manuel Lillo, con quien compartía ideas y del que podía extraer enseñanzas útiles.

poder de la palabra

¿Hasta qué punto el fútbol necesita de la palabra? Hace much& arios leí una crónica del gran periodista uruguayo Diego Lucero que guardo en algún rincón de la memoria. Hablaba de un partido sin mayor trascendencia que enfrentaba a Temperley con Newell's Old Boys y en el que ocurrió algo especial: De Marta, jugador sordomudo de Temperley, convirtió un gol y salió corriendo a celebrarlo. Como un loco. La felicidad fue tal que, contaba Lucero, De Marta se lanzó histérico sobre un micrófono a gritar: «¡Mama... gol!». Lucero terminaba el relato diciendo: «Se oyó clarito». Yo le creí siendo un niño y, lo que es mucho peor, le sigo creyendo ahora. ¿Cómo no vas a gritar cuando metes un gol? Qué más da que seas sordomudo... Con esta hermosa historia, doy por comprobado el poder de la palabra. Y también el poder del gol.
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poder del estilo

En el mundo del fútbol el resultado es incontestable. Su efecto es tan contundente que el ganador ni siquiera necesita hablar. Y si habla, es irrebatible. El que gana no solo tiene razón, sino que se le extiende el carné de inteligente, de listo (que no es lo mismo) y, ya que necesitamos consagrar su figura, hasta de macho alfa. Si es necesario, también se le atribuye una estrategia a corto, medio y largo plazo, aunque su éxito haya sido ocasional y haya dependido, en gran medida, de la suerte o del talento natural de jugadores extraordinarios. Para esta corriente de opinión, sin duda dominante, el estilo es cosa de románticos. Así las cosas: viva el estilo La diferenciación es una de las grandes ventajas competitivas de las organizaciones de nuestro tiempo. El orgullo de pertenecer tiene que ver, sobre todo, con la cultura de una organización, con los valores que la identifican, con el estilo.

poder de la pasión

• La naturaleza: que, como la belleza, te elige. No hay gran futbolista que no tenga, en su base genética, ciertas ventajas relacionadas con la coordinación, la visión y el talento físico. • La práctica: que se logra familiarizándose con el juego durante muchas horas al día. César Luis Menotti hizo gráfica la idea diciendo, con razón, que era altamente improbable un Maradona japonés. Maradona, como Di Stéfano antes y Messi después, es hijo de un país enfermo de fútbol y eso le permitió aprovechar toda su energía y tiempo libre para jugar.

poder de la esperanza

Siempre fui partidario de los sueños. Sueños de fútbol (Carmelo Martín) es una autobiografía autorizada sobre mi vida deportiva que, ya desde el título, habla del sueño como un motor que acelera las ambiciones más nobles. El sueño no es más que un ideal que nos llama desde lejos y que nos convoca para el esfuerzo y el reto. Renovar los sueños es renovar el sentido de la vida, y no hay mejor modo de desafiar la rutina. El líder tiene el privilegio de ser el dueño de un sueño colectivo que debe ser lo suficientemente atractivo como 50 1 LOS 11 PODERES DEL LÍDER para seducir a toda una organización. Un sueño generoso, en el que quepan todos.

poder de la credibilidad

La autoridad moral se construye con pequeños y discretos materiales. Como esa coherencia elemental que consiste en hacer lo que se dice que se va a hacer. O en la cultura del esfuerzo, que solo se desliza desde las capas más altas hasta las máslajas. O en recetas tan simples como la de exigirle al profesional, porque es un imperativo laboral, y respetar a la persona, porque es un imperativo moral. O en entender, y hacer entender, que los derechos son respetables pero que los deberes hay que respetarlos... Todo esto no tiene importancia para aquellos que desprecian el futuro por la impaciencia de obtener beneficios a corto plazo, o para aquellos que se ven a sí mismos como predestinados y que anteponen su propio prestigio al de la empresa. O para los que pretenden fortalecer su poder pisoteando la dignidad y los derechos de su gente.

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